El Banco Central Europeo (BCE) presta a los bancos grandes cantidades de dinero para que den créditos a las empresas con dificultades por la paralización de su actividad en la pandemia, pero su anterior presidente, Mario Draghi, ya ha advertido de que es necesaria también una expansión fiscal y garantías estatales.
"A diferencia de la crisis financiera de 2008, esta vez los bancos no son el origen del problema. Pero necesitamos asegurar que puedan ser parte de la solución", dijo recientemente el presidente del Consejo de Supervisión del BCE, el italiano Andrea Enria.
"Sabemos que los hogares y las empresas, tanto grandes como pequeñas, de la zona del euro se enfrentan a una situación económica y financiera extremadamente difícil", añadía Enria.
La Reserva Federal de EE.UU. (Fed) y el BCE han aplicado enormes estímulos monetarios para apoyar a las empresas y los hogares y salvar empleos.
La Fed también ha garantizado a otros bancos centrales liquidez en dólares mediante líneas "swap", que son acuerdos entre dos bancos centrales para el intercambio de monedas, para cubrir la demanda de dólares ante la enorme cantidad de deuda en esta divisa en todo el mundo.
LOS BANCOS DEBEN PRESTAR A LAS EMPRESAS PARA SALVAR EMPLEOS
Como ya hizo en la crisis financiera, el BCE vuelve a ofrecer a los bancos cantidades ilimitadas de liquidez a condiciones muy favorables, a veces, a tipos de interés negativos, es decir que les da dinero, aunque no lo necesiten, para que presten a las empresas y hogares.
El BCE presta a los bancos semanalmente al 0 % y a largo plazo puede llegar a prestarles hasta el -0,75 % si dan suficientes créditos a la economía real.
Desde octubre de 2008, ante la grave crisis financiera tras la quiebra de Lehman Brothers porque los bancos no se prestaban entre sí y por ello no redistribuían la liquidez, el BCE les presta todo lo que quieran siempre que aporten garantías suficientes.
El BCE crea dinero también comprando deuda emitida por los Gobiernos de la zona del euro y también compra bonos bancarios y corporativos.
Ahora, ante el resurgimiento de la desconfianza por la pandemia y de problemas de liquidez, el BCE también ha relajado los criterios para admitir activos de garantía, ofrece más subastas de refinanciación y va a adquirir este año deuda por valor de 1,1 billones de euros.
La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos ha ido más lejos, dejando los tipos de interés entre el 0 y el 0,25 % y comprando ilimitadamente bonos del Tesoro y títulos respaldados por hipotecas.
A estas medidas, ha sumado varias rondas de sucesivas inyecciones de liquidez a los mercados, entre las que incluyó la apertura de una "ventanilla de descuentos" para ofrecer préstamos a corto plazo a los bancos estadounidenses ante las tensiones financieras.
A la par, el Tesoro de EE.UU. dio luz verde al banco central estadounidense para la apertura de un instrumento de crédito de 10.000 millones de dólares destinado a respaldar los mercados de deuda corporativa a corto plazo.
RESPUESTA POLÍTICA Y GARANTÍAS ESTATALES
En un artículo en el "Financial Times", Draghi hizo hincapié en que las empresas necesitan garantías estatales para poder recibir créditos.
Los bancos pueden crear dinero permitiendo descubiertos y facilidades de crédito y deben prestar rápidamente a un coste 0 a las empresas que estén preparadas para salvar empleos, consideró el ex presidente del BCE.
"Ya que de esta forma los bancos se convierten en un vehículo para política pública, el capital que necesiten para desempeñar esta tarea debe ser proporcionado por el gobierno en forma de garantías estatales a todos los descubiertos y créditos adicionales", según Draghi.
EXCESO DE LIQUIDEZ
Si el dinero o la liquidez disponible en el sistema bancario excede las necesidades de los bancos, entonces hay un exceso de liquidez, un dinero que nunca se llega a imprimir en billetes y que está repartido de forma muy desigual cuando existe desconfianza y los bancos no se prestan entre sí.
Antes de la crisis por la pandemia, los bancos apenas solicitaban liquidez nueva, pero ahora vuelven a hacerlo, debido al temor a no volver a recuperar el dinero prestado a corto plazo, como tras la quiebra de Lehman Brothers, dijo a EFE el analista de Commerzbank Michael Schubert.
El exceso de liquidez se reparte de manera desigual y "en Alemania hay un exceso de liquidez muy elevado, aunque en los países del Sur no es tan elevado, esto es así en tiempos normales y se intensifica en las crisis", añade Schubert.
El exceso de liquidez en el sistema del euro de una día a otro era de unos 1,7 billones de euros en el segundo semestre del año pasado, según Schubert.
Ahora ha subido, pero no hay cifras concretas todavía, y está principalmente en los bancos alemanes, como tras la quiebra de Lehman Brothers, y en menor medida, en los franceses, holandeses, luxemburgueses y finlandeses, señala Schubert.
DINERO HELICÓPTERO
El BCE no ha discutido el "dinero helicóptero", dar dinero directamente a los ciudadanos, algo que tiene prohibido hacer, al igual que la Fed, porque se considera financiación estatal.
La Fed no puede prestar directamente a empresas o a hogares, pero bajo circunstancias excepcionales como la actual puede crear instrumentos especiales que ofrezcan créditos de respaldo.
El término fue acuñado por el economista Milton Friedman, Nobel de Economía en 1976, quien utilizó la metáfora de arrojar dinero desde un helicóptero para que lo recogieran los ciudadanos, lo gastasen e impulsaran la demanda.
Se refiere a la posibilidad de que los bancos centrales den efectivo directamente y, por extensión, el término se emplea también de forma más amplia para referirse a una política fiscal muy expansiva.
Recientemente se ha vuelto a mencionar mucho después de que la Administración Trump decidiera dar a los ciudadanos en EE.UU., donde no existe un sistema básico de seguridad social, cheques de consumo.