El 5,5 % de la población dominicana está subalimentada, mientras que el 27,6 % de los adultos sufre de obesidad, afirmó la consultora nacional para la soberanía alimentaria de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), Mariella Ortega Rabassa.
De acuerdo a la especialista, el 4,7 % de la población total de la nación es obesa y un 16,7 % sufre de anemia.
Sus afirmaciones están contenidas en la conclusiones del VII Foro Gastronómico Dominicano, que durante un mes se celebró de manera virtual debido a la pandemia de la covid-19.
Ortega sugirió, que para combatir esas estadísticas es necesario transformar los hábitos alimenticios, consumiendo más alimentos vegetales y menos animales, en particular la carne roja, al tiempo de seguir una dieta "sana" y "equilibrada".
Asimismo, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos y cambiar la forma en que se producen y gestionan los alimentos.
"Necesitamos métodos de cultivo más respetuosos con el ambiente, debemos impedir la propagación de la agricultura a nuevas tierras, como los bosques, y hemos de preservar la biodiversidad", afirmó la nutrióloga.
Propuso a la población adquirir los alimentos que "realmente" necesite, amén de conocer y valorar las variedades de fruta y verdura de cada zona, ya que favorece la gastronomía regional convirtiéndola en un "activo cultural diferenciador y único".
En cuanto a los estragos del coronavirus a nivel mundial, dijo que entre 83 y 132 millones de personas más han pasado a sufrir hambre en el mundo en 2020.
Aseguró que en 2019 el 25,9 % de la población mundial padecía hambre o no tenía acceso regular a alimentos nutritivos y suficientes.
El foro, organizado por la Fundación Sabores Dominicanos, destacó que su celebración "ha servido para promover la conservación, preservación y divulgación de la gastronomía dominicana como medio de expresión de la identidad nacional y desarrollo de la cultura y la educación".
Los responsables de su celebración precisaron que "siempre" se han preocupado por involucrar a los diferentes grupos que inciden en la gastronomía nacional, desde los productores, sector comercial, entidades culturales, asociaciones profesionales, sector empresarial del área gastronómica, sector académico y al público general.