Estados Unidos y China retomarán el próximo jueves las conversaciones de alto nivel para tratar de rebajar las tensiones comerciales, apenas una semana antes de que Washington aplique una nueva ronda de subida de aranceles a importaciones chinas, confirmó este lunes la Casa Blanca.
"Ambas partes tratarán de avanzar sobre las negociaciones entre funcionarios de menor rango de las pasadas semanas. Los temas de discusión incluirán la transferencia forzada de tecnología, los derechos de protección intelectual, servicios, barreras no arancelarias y garantías", dijo la portavoz presidencial, Stephanie Grisham, en un comunicado.
La delegación estadounidense estará encabezada por el representante de Comercio Exterior, Robert Lighthizer, y el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin; y la china por el vicepresidente, Liu He.
El encuentro se producirá días antes de la nueva subida de aranceles, prevista para el 15 de octubre, del 25 al 30 % a importaciones chinas por valor de 250.000 millones de dólares.
El pasado 1 de septiembre tuvo lugar el último episodio de la guerra comercial que enfrenta a Washington y Pekín con la entrada en vigor del incremento del 10 al 15 % sobre importaciones chinas por valor de 112.000 millones de dólares
Como represalia, China puso en marcha los aranceles de entre el 5 y el 10 % a productos estadounidenses valorados en 75.000 millones de dólares.
Trump advirtió tras la imposición de esos nuevos aranceles que si es reelegido en las elecciones presidenciales de 2020 será "mucho más duro" a la hora de negociar un acuerdo comercial y que, "mientras tanto, la cadena de suministros" del gigante asiático se "desmoronará".
Con este conflicto, Trump se ha fijado la meta de equilibrar el intercambio comercial entre los dos países, ampliamente favorable a China, pero hasta ahora y pese a la imposición de aranceles ha tenido poco o nulo resultado.
Las tensiones comerciales entre las dos mayores economías mundiales, desatadas tras la llegada de Trump a la Casa Blanca en 2017, van más allá de las relaciones bilaterales y tienen profundas consecuencias globales.
En sus últimas previsiones de crecimiento global, divulgadas en julio, el Fondo Monetario Internacional (FMI) rebajó sus proyecciones de expansión global al 3,2% este año, una décima menos que en abril lastradas por las dudas sobre la posible solución de esta disputa.