Estados Unidos alcanzó ayer domingo la cifra de 5.993.668 casos confirmados de COVID-19 y la de 183.034 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del lunes) es de 34.766 contagios más que el sábado y de 316 nuevas muertes.
Pese a que Nueva York ya no es el estado con un mayor número de contagios, sí sigue como el más golpeado en cuanto a muertos en Estados Unidos con 33.021, más que en Francia o España.
Según la universidad tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 23.683 personas.
A Nueva York le siguen en número de fallecidos la vecina Nueva Jersey con 16.041, California (12.935), Texas (12.849) y Florida (11.125).
Otros estados con un gran número de muertos son Massachusetts con 9.049, Illinois (8.228), Pensilvania (7.757) y Michigan (6.748).
En cuanto a contagios, California superó hoy la barrera de 700.000 casos y suma específicamente 705.535, seguido de Texas con 638.672, mientras que el tercero es Florida con 621.586, y Nueva York es cuarto con 465.374.
El balance provisional de fallecidos (183.034) ha superado ya con creces la cota más baja de las estimaciones iníciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó esas estimaciones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y 60.000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.
Mientras que, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para las elecciones presidenciales del tres de noviembre Estados Unidos habrá superado los 255.000 fallecidos y para el uno de diciembre los 310.000.