Estados Unidos alcanzó este miércoles la cifra de 4.818.328 casos confirmados de COVID-19 y la de 157.930 fallecidos, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.
Este balance a las 20.00 hora local (00.00 GMT del jueves) es de 54.582 contagios más que el martes y de 1.262 nuevas muertes.
Pese a que Nueva York ya no es el estado con un mayor número de contagios, sí sigue como el más golpeado en cuanto a muertos en Estados Unidos con 32.754, más que en Francia o España.
Tan solo en la ciudad de Nueva York han muerto 23.563 personas.
A Nueva York le siguen en número de fallecidos la vecina Nueva Jersey con 15.842, California con 9.728 y Massachusetts con 8.659.
Otros estados con un gran número de muertos son Illinois con 7.770, Florida con 7.627, Texas con 7.494, Pensilvania con 7.254 y Michigan con 6.477.
En cuanto a contagios, California suma 528.167, le sigue Florida con 502.739, tercero es Texas con 474.420 y Nueva York es cuarto con 418.225.
El balance provisional de fallecidos -157.930- ha superado ya con creces la cota más baja de las estimaciones iniciales de la Casa Blanca, que proyectó en el mejor de los casos entre 100.000 y 240.000 muertes a causa de la pandemia.
El presidente estadounidense, Donald Trump, rebajó aún más esas previsiones y se mostró confiado en que la cifra final estaría más bien entre los 50.000 y los 60.000 fallecidos, aunque luego auguró hasta 110.000 muertos, un número que también se ha superado.
Por su parte, el Instituto de Métricas y Evaluaciones de Salud (IHME) de la Universidad de Washington, en cuyos modelos de predicción de la evolución de la pandemia se fija a menudo la Casa Blanca, calcula que para las elecciones presidenciales del próximo 3 de noviembre Estados Unidos habrá superado los 230.000 fallecidos.