Dos presuntos bandidos muertos y un agente herido fue el resultado de un ataque armado perpetrado ayer por varios individuos a una estación de la Policía Nacional Haitiana (PNH) en Petite Riviére, en el Departamento de Artibonito (norte), informaron este sábado medios locales que citan testigos.
El intercambio de disparos entre los policías y los asaltantes se prolongó por casi una hora, quemando estos últimos un auto patrullero antes de replegarse.
De acuerdo con las informaciones de personas presentes en el lugar, el ataque fue perpetrado supuestamente por una banda armada que lidera Arnel Joseph, quien es buscado por la Policía bajo acusaciones de cometer varios crímenes, y a quien se atribuye el control del barrio La Saline, ubicado en Puerto Príncipe.
La Policía todavía no ha emitido un comunicado oficial sobre el incidente, a pesar de las múltiples críticas vertidas en redes sociales, donde muchos expresan su temor de ser asaltados al desplazarse por el largo asueto de la Semana Santa, cada vez más difícil de disfrutar para los haitianos debido a la inseguridad y la seria crisis económica.
El pasado jueves, las autoridades hallaron cuatro cuerpos calcinados en La Saline, uno de los más peligrosos de la capital haitiana.
Según la información, los cuerpos fueron encontrados después de que bandas armadas salieran y quemaran viviendas en este barrio, dejando familias a la intemperie, lo que agrava la situación en ese sector, donde en noviembre pasado muchas personas se vieron obligadas a irse a refugios improvisados tras salir huyendo de las acciones violentas, intensificadas en los últimos días.
El presidente del país, Jovenel Moise, se reunió el miércoles pasado con las autoridades responsables de la seguridad del país y tras el encuentro informó en Twitter de que instruyó tomar medidas urgentes "para contrarrestar a los bandidos armados que amenazan la paz en los hogares y la seguridad pública".
El pasado 13 de noviembre al menos 59 personas murieron en La Saline, en lo que la Red Nacional para la Defensa de los Derechos Humanos de Haití (RNDDH) calificó como una "matanza de Estado".
La organización, que identificó a 45 de los fallecidos, atribuyó lo ocurrido a bandas armadas que operan con el supuesto apoyo de miembros de la Policía de este país.