El serbio Novak Djokovic, flamante campeón de la Copa de Maestros por sexta vez en su carrera tras imponerse al noruego Casper Ruud en Turín (7-5 y 6-3), aseguró que pese a que este año el español Carlos Alcaraz es el número uno, en su mente "siempre" es "el mejor jugador del mundo".
Tras un año complicado en el que ha estado acompañado de la polémica por no vacunarse contra la COVID-19, el de Belgrado puso el broche de oro a la temporada imponiendo su tenis, invicto en el torneo que reúne a las ocho mejores raquetas del circuito.
"¿Eres el mejor jugador del mundo?", le preguntan en rueda de prensa. "No lo soy, estoy el quinto", respondió, acompañado por el trofeo que le acredita como Maestro y una sonrisa de oreja a oreja. Sin embargo, matizó su respuesta.
"Esta semana probablemente lo sea. En general los ránkings muestran quién ha tenido el mejor año, y Alcaraz es el número uno del mundo. No hay mucho que decir al respecto. Pero en mi mente siempre me veo como el mejor jugador del el mundo. Tengo ese tipo de mentalidad y ese tipo de enfoque independientemente de quién esté al otro lado de la red, de cuál sea la superficie, de qué temporada sea o qué número de la temporada profesional en mi carrera nos enfrentamos, es decir, siempre es lo mismo. Mis ambiciones son las más altas posibles", explicó.
"Ese tipo de enfoque es el que me ha llevado a donde estoy sentado hoy aquí con 35 años, sosteniendo uno de los mayores trofeos del deporte. No estoy pensando en dejarlo desde hace tiempo. Me siento motivado. Me siento bien en mi propio cuerpo. Me cuido. Por supuesto tengo un gran equipo de personas. Mientras haya ese ambiente dentro de mí…", añadió.
Una de esas motivaciones en este torneo ha sido la de estar acompañado por toda su familia, incluyendo a sus hijos.
"Estoy muy agradecido a mi mujer y a mis hijos por haber venido. No suelo tener estos momentos en el circuito con ellos así que intento disfrutarlo todo lo que puedo. Espero que a medida que crezcan se den cuenta aún más de los momentos tan especiales que estamos viviendo juntos", comentó.
Sobre su continuidad en las pistas, no ve cerca una retirada y desveló que estará ligado al tenis siempre, de cualquier forma: "Para mí se trata de tener buenas emociones y sentimientos positivos en la pista. Una cosa es ganar grandes trofeos, todo es súper bonito, pero es un cuento de hadas".
"Tienes que pasar por dificultades, muchas dificultades, un montón de días difíciles y desafíos en el día a día con el fin de empujarte a ti mismo, motivarte a ti mismo, trabajar en para llegar a este nivel y, finalmente, tener la oportunidad de ganar", comentó.
"Es una parte integral de mi vida, de lo que soy. Simplemente me llena si estoy en la pista o viendo a alguien a otra persona jugar. Juego con mi hijo, con profesionales… Soy un verdadero seguidor del tenis. Eso es para mí lo más importante. Así que siempre seguiré en el tenis, da igual la forma o el rol que tenga", sostuvo.
Djokovic, además, dejó patente que mantiene su ambición de ganar títulos intacta.
"No sé lo que me depara el futuro, pero sé que lo que tengo en mi mente es un enorme deseo de ganar trofeos, de hacer historia en este deporte, de competir al más alto nivel en todo el mundo, de transmitir buenas emociones a los aficionados al deporte y al tenis. Eso es lo que me impulsa mucho", manifestó.
"Así que nos vemos en Australia", finalizó, de nuevo, con la radiante sonrisa que le acompañó durante toda la conferencia de prensa, la de un jugador que se coloca como Maestro de Maestros con seis entorchados junto al suizo Roger Federer.