Mejor que tirar parte de la pesca es darle un valor nuevo. Por eso, cada vez hay más diseñadores de moda que piensan en la piel del pescado para sus vestidos y complementos, como un gesto de compromiso con el medio ambiente.
La especialista de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO) Jacqueline Alder recuerda que “las oportunidades de la gente que vive en pequeñas comunidades pesqueras son muy limitadas y, si se crea un valor para esa parte del pescado que se desecha, mejorarán las condiciones de vida de muchas personas”.
Se calcula que una tercera parte del pescado y del marisco se pierde o desperdicia a nivel global, importante merma para los cerca de 60 millones de personas empleadas directamente en el sector. Según Alder, la piel del pescado, que varía en apariencia con cada especie, representa una industria emergente con capacidad de crear “productos únicos”.