El exdiputado brasileño Eduardo Cunha, quien en 2016 promovió el proceso que llevó a la destitución de la entonces presidenta Dilma Rousseff, busca otra vez un escaño en el Congreso y promete hacer lo mismo si volviera al poder el exmandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
"Sacó a Dilma y al Gobierno del PT (Partido de los Trabajadores), liberó a nuestro pueblo, y si ese PT volviera, él lo va a sacar de nuevo", dice un anuncio de la campaña de Cunha a la Cámara Baja por el ultraderechista Partido Laborista Brasileño (PTB) que comenzó a ser difundido esta semana en las redes sociales.
Cunha era presidente de la Cámara Baja en 2016 y fue quien puso en marcha el proceso que acabó con la destitución de Rousseff, ese mismo año, por supuestos fraudes en el manejo de los presupuestos.
Sin embargo, fue destituido poco después por serias sospechas de corrupción y llegó a acumular condenas a prisión de 55 años en tres juicios distintos, anulados posteriormente por errores procesales, como ocurrió en el caso de Lula, quien llegó a pasar 580 días en la prisión también acusado de irregularidades.
El año pasado, Cunha se afilió al PTB, que enterró su pasado de centroizquierda y se ha alineado a la ultraderecha que encarna el actual presidente, Jair Bolsonaro, quien aspira a la reelección por el Partido Liberal (PL).
Su nueva candidatura a un escaño como diputado, no obstante, ha sido objeto de una impugnación por parte del Ministerio Público, ya aceptada en forma cautelar por la Corte Suprema, que se fundamenta en que, cuando fue destituido en 2016, también le fueron suspendidos por ocho años sus derechos políticos.
Cunha ha apelado y, mientras el entuerto jurídico se resuelve, su candidatura está mantenida, aunque aún deberá ser analizada por las autoridades del Tribunal Superior Electoral.
Aún así, su propaganda ya circula en redes sociales y lo presenta como "el "diputado que barrió a Brasil", con la promesa de que, en caso de una victoria de Lula, lo hará "de nuevo".
Lula, quien gobernó entre 2003 y 2010 y promovió la candidatura de Rousseff (2011-2016), es amplio favorito para las elecciones de octubre, para las que las encuestas le atribuyen una intención de voto en torno al 45 %, frente al 30 % que obtendría Bolsonaro.