El nuevo líder del Partido Comunista de Cuba (PCC, único), Miguel Díaz-Canel, quiere que este órgano sea más "democrático, atractivo y cercano al pueblo", pero a la vez advirtió a los "activistas del caos" de que "la paciencia tiene límites".
"Advertimos al lumpen mercenario que la paciencia de este pueblo tiene límites", subrayó el también presidente cubano en su primer discurso como primer secretario del PCC, formación que concluyó este lunes su VIII Congreso, tras cuatro días de debates a puerta cerrada.
Díaz-Canel, que sustituyó en el cargo a Raúl Castro, sostuvo que la Revolución "no teme al pensamiento creador, sino que lo aúpa y cultiva", aunque reiteró que no permitirá que "los activistas del caos y el desacato mancillen a la bandera e insulten a las autoridades", según el texto difundido por la Agencia Cubana de Noticias.
Criticó que la subversión intente construir una matriz de opinión para mostrar a la isla como una nación "rígida".
"Los enemigos de la Revolución aplican conceptos de guerra no convencional y tratan de colarse por el flanco de la sensibilidad, la cultura y el pensamiento", sostuvo.
La "actividad ideológica" y la confrontación de la subversión en el nuevo escenario abierto con internet y las redes sociales estuvo dentro de los debates de los 300 delegados asistentes al cónclave que comenzó el viernes último.
Díaz-Canel llamó a generar "encuentros periódicos con representantes de los distintos sectores de la sociedad" y consideró necesaria una militancia ejemplar "que despierte admiración y respeto en el pueblo".
RELACIONES NORMALES CON EEUU
El nuevo líder del PCC reiteró que el embargo impuesto por Estados Unidos es el principal "obstáculo" al desarrollo de Cuba, pero acotó que "ratificar esta verdad no intenta ocultar las deficiencias de nuestra realidad".
A la vez, insistió en que la aspiración de su país es mantener una relación con EE.UU. "como con el resto de la comunidad internacional" y cuestionó que existan leyes como la Helms-Burton y altos presupuestos para lograr un cambio de régimen en la isla, mientas la nueva Administración de Joe Biden asegura que Cuba no está entre las prioridades de su política exterior.
Deploró nuevamente el incremento de la hostilidad de Washington en los últimos años, mediante sanciones y campañas de "intoxicación ideológica" que buscan "desprestigiar a Cuba y confundir al pueblo exacerbando las contradicciones internas".
También mencionó temas que podrían explorarse como parte de una futura colaboración bilateral, entre ellos la lucha contra la pandemia o el cambio climático.
El expresidente Donald Trump suprimió los canales legales de envío de remesas, endureció los requisitos para viajar a la isla, vetó los cruceros, prohibió los vuelos a todos los aeropuertos cubanos excepto el de La Habana y reincluyó a la isla caribeña en la lista estadounidense de países patrocinadores del terrorismo.
Cuba, que atraviesa una aguda crisis económica, esperaba que la llegada de Biden a la Casa Blanca en enero pasado suavizara las tensiones bilaterales vividas con Trump y propiciara un nuevo acercamiento.
ECONOMÍA EN NÚMEROS ROJOS
Díaz-Canel admitió hoy que los datos económicos del último quinquenio no son buenos y alegó que en ello inciden "la ineficiencia e ineficacia del sistema empresarial y el sector presupuestado, el exceso de gasto, la falta de control sobre los recursos y los problemas estructurales".
El Producto Interno Bruto cubano se desplomó un 11 % en 2020 a causa de la pandemia del coronavirus, las ineficiencias internas y el recrudecimiento del embargo de Estados Unidos.
Pese a este panorama económico, el líder del PCC afirmó que el país "seguirá resistiendo sin renunciar a su desarrollo" y pidió mayor capacidad de la producción nacional para satisfacer las demandas y lograr mejoras en la producción de alimentos.
Díaz-Canel defendió asimismo el ordenamiento monetario y cambiario vigente desde enero de este año como un hecho que "no podía seguir postergándose".