El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, llegó este lunes a Nicaragua para asistir a la toma de posesión de su colega, Daniel Ortega, quien fue reelegido para un cuarto mandato consecutivo en unos controvertidos comicios en noviembre.
Díaz-Canel llegó al aeropuerto Augusto C. Sandino, de Managua, donde solo había prensa oficial, y alabó el triunfo del líder sandinista de 76 años, quien gobierna sin contrapesos desde 2012 y jurará en el cargo junto a su esposa y vicepresidente, Rosario Murillo, en una ceremonia esta tarde en la Plaza de la Revolución.
La de Ortega "es una victoria no solo de Nicaragua, es una victoria que también tiene un enorme significado para las fuerzas de izquierda, y para los gobiernos progresistas de América Latina y el Caribe, es una victoria que además demuestra la convicción antiimperialista del pueblo nicaragüense", dijo el mandatario cubano en el aeropuerto.
Díaz-Canel fue recibido por el director del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), Roberto López, sancionado por Estados Unidos por "abusos de derechos humanos, fraude electoral y corrupción".
El de Cuba es el primer jefe de Estado que llega para asistir a la ceremonia de Ortega, cuyo triunfo electoral es cuestionado por la Organización de los Estados Americanos (OEA), la Unión Europea (UE) y Estados Unidos.
La UE aprobó este lunes nuevas sanciones contra la hija y el hijo de Ortega y contra otras cinco personas cercanas al régimen, así como contra tres entidades del país.
EE.UU. también anunció este lunes nuevas sanciones contra seis cargos del Gobierno de Nicaragua, horas antes de que el presidente Daniel Ortega iniciara su quinto mandato en el país tras unas elecciones "fraudulentas" para Washington.
Murillo anunció la semana pasada que la nueva investidura de Ortega será presenciada por representantes de Argentina, Belice Bielorrusia, Bolivia, Camboya, China, Cuba, Egipto, Honduras, India, Irán, Laos, Malasia, México, Palestina, República Árabe Saharaui Democrática, Turquía, Venezuela, Vietnam y Yemen.
Ortega ganó las elecciones del 7 de noviembre pasado en medio de críticas por la anulación de tres partidos opositores, el encarcelamiento de siete aspirantes a candidatos a la Presidencia por la oposición y el establecimiento de leyes restrictivas.