Las hermanas londinenses Reema y Zara Iqbal, que huyeron a Siria en 2013 para casarse con yihadistas del Estado Islámico (EI), han sido despojadas por el Gobierno del Reino Unido de su nacionalidad británica, informa este domingo "The Sunday Times".
El caso de estas jóvenes que, según el periódico, están en un centro de detención sirio y tienen entre ellas cinco hijos varones menores de ocho años, se suma al de Shamima Begum, a quien también se le ha retirado la nacionalidad tras escapar a Siria en 2015 por el mismo motivo.
A diferencia de las hermanas Iqbal, de 30 y 28 años, respectivamente, Begum, que ahora tiene 19, era menor de edad cuando huyó con dos compañeras de su instituto del barrio de Bethnal Green, en el este de Londres, tras ser captada por internet.
Su caso ha causado una gran polémica en el Reino Unido, pues el Gobierno conservador rechazó que volviera aquí para ser investigada y criar a su bebé recién nacido, que finalmente falleció de neumonía el pasado jueves -el tercero que la joven perdía-.
"The Sunday Times", que obtiene su información de fuentes legales, explica que Reema y Zara Iqbal, del barrio de Canning Town, también en el este londinense, se casaron con miembros de una célula yihadista (después muertos en combate) presuntamente vinculada al asesinato de rehenes occidentales.
El periódico apunta que Zara, que ya tenía un hijo y estaba embarazada del segundo cuando viajó a Siria, donde nació un tercero, podría estar en el centro de detención al-Hol o en otro en Ain Issa.
Su hermana mayor, Reema, que ya tenía un hijo cuando se marchó del Reino Unido y en Siria dio a luz a otro, estaría en el campo Roj, donde se encuentra también su compatriota Begum.
El rotativo explica que las dos hermanas son de padres paquistaníes, lo que podría haber llevado al ministerio del Interior a considerar que pueden reclamar esa nacionalidad, al haber perdido la británica. Sin embargo, sus hijos serían por derecho nacionales británicos.
Un portavoz de Interior se negó a comentar sobre casos individuales pero, en declaraciones al diario, subrayó que las decisiones de retirar la nacionalidad "se basan en las pruebas disponibles y no se toman a la ligera".
La oposición laborista, así como algunos conservadores y agencias públicas, han criticado al Gobierno por no asumir su responsabilidad sobre ciudadanos británicos que pueden haber delinquido en el extranjero, sobre todo si eran menores en el momento de los hechos, y que no se ocupe de sus descendientes.
Según "The Sunday Times", habría al menos una docena de jóvenes del Reino Unido, con más de veinte hijos entre ellas, detenidas actualmente en campos controlados sobre todo por fuerzas kurdas.