Luis Abinader | Foto: PRM
Ante el significativo nivel de abstención registrado en los recientes comicios municipales ordinarios, una fracción considerable de los ciudadanos inclinó de manera contundente la balanza a favor del partido en el poder.
De un total de 158 alcaldías en disputa, el PRM, ha conquistado 120, lo que equivale a aproximadamente el 76 %, dejando los 38 restantes (24 %) muy desigualmente repartidas entre los partidos de la oposición. En términos generales, de los 3,849 cargos en juego, el PRM ha logrado una aplastante mayoría, consolidándose como la principal fuerza electoral en el país.
Son muchos los que entrevén que, en los próximos comicios presidenciales y congresuales, el PRM podría repetir su hazaña, considerando que los votos emitidos brindan una muestra sumamente significativa para proyectar con un pequeño margen de error lo que podría acontecer en la próxima contienda electoral.
De hecho, las municipales recién concluidas se perciben como la mejor encuesta de cara al futuro político inmediato. No obstante, el desenlace parece depender en gran medida de los acuerdos finales que logren concretar los partidos de oposición, así como de la inteligencia de los movimientos tácticos en última instancia del partido en el gobierno.
Es de conocimiento público que parte del pacto previo establece que el partido que obtuviera la mayor cantidad de votos nominará al candidato presidencial. Sabemos que el PLD ha logrado alcanzar aproximadamente el 24% de los votos emitidos, una cifra que se encuentra notablemente distante de los sufragios obtenidos individualmente por la FP y el PRD, sin contar a los reformistas que apenas superaron el 2%. Las tres primeras agrupaciones finalizaron con una votación conjunta ligeramente superior a los 1.5 millones de votos, una cifra que se sitúa más de 357 mil votos por debajo del PRM y sus aliados.
Considerando que en las elecciones presidenciales y congresuales la participación ciudadana tiende a ser mayor, cerrar esta brecha y llevar al país a una segunda vuelta requeriría de parte de la oposición unidad, generosidad y un respaldo firme al actual alcalde de Santiago, el señor Abel Martínez, a quien muchos señalan por su falta de carisma y discurso, siendo considerado más un orador de barricada que de tribuna.
En cualquier caso, al obtener menos de medio millón de votos en los recientes comicios municipales, parece que el expresidente Leonel Fernández ha perdido la oportunidad de postularse como candidato de la coalición opositora, aunque es poco probable que lo acepte sin más.
Por otro lado, el partido gobernante no debería dormirse en sus laureles y centrarse en dedicar esfuerzos considerables para mantener su supremacía electoral y ampliarla. Muchos analistas consideran que el límite de su umbral electoral difícilmente sobrepasaría los dos millones de votantes, una meta desafiante ante la creciente apatía y desinterés ciudadano evidenciados en los últimos procesos electorales.
Es probable que algunos de los aliados del PLD y la FP migren hacia el PRM, ya que en este país las decisiones en las elecciones no suelen estar motivadas por convicciones o ideales, sino más bien por intereses personales y grupales inmediatos.
Esta realidad política plantea un escenario en el que la fidelidad partidaria puede ser más frágil de lo que algunos suponen, y donde las lealtades pueden cambiar según las circunstancias y oportunidades que se presenten. Este es un hecho que conspira siempre contra los perdedores en el primer round cuando van solos o en grupo al último asalto.
En este sentido, el PRM y sus aliados tienen ante sí la tarea de consolidar su posición, no solo manteniendo a sus votantes actuales, sino también atrayendo a aquellos sectores (los que se quedaron en casa) que parecen sentirse desencantados o insatisfechos con las otras opciones políticas. La capacidad de ofrecer soluciones concretas a los problemas que afectan a la población, así como de mantener una comunicación efectiva y transparente, será crucial para mantener y aumentar su respaldo electoral.
Es importante reconocer que la política nacional, como casi cualquier otra, está marcada, repetimos, por dinámicas complejas y en constante cambio, donde las alianzas pueden ser fluidas y las lealtades pueden desplazarse rápidamente. En este contexto, la capacidad de adaptación, la habilidad para responder a las necesidades y demandas de la ciudadanía, y el esfuerzo por inclinar a su favor a los que entienden que la emisión de un voto es y seguirá siendo una estafa a sus verdaderas intenciones, serán determinantes para que el PRM pueda mantenerse como una fuerza política relevante y asegure el triunfo en el próximo torneo electoral.
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