Néstor Saldívar
El aumento en las deportaciones de inmigrantes en Estados Unidos ha alcanzado niveles récord en los últimos días, reflejando una combinación de factores complejos que han influido en la política migratoria actual. Este incremento no es un fenómeno aislado, sino el resultado de varios desarrollos y cambios en la gestión de la inmigración y la seguridad fronteriza.
Una de las razones principales para este aumento en las deportaciones es la mejora en la colaboración internacional. México, por ejemplo, ha acordado recibir a 30,000 venezolanos, cubanos, nicaragüenses y haitianos por mes que son deportados de Estados Unidos. Esta cooperación ha sido crucial, ya que sin ella, la implementación de deportaciones a la tasa actual sería mucho más difícil. Además, algunos países que previamente no aceptaban la repatriación de sus ciudadanos han comenzado a cooperar, facilitando así las deportaciones de migrantes de esos países. Sin estos acuerdos, muchos migrantes tendrían que ser liberados porque legalmente no pueden ser detenidos indefinidamente.
Otro factor que ha contribuido al aumento de las deportaciones es el fortalecimiento de la seguridad fronteriza. Se han intensificado los esfuerzos en la frontera, incluyendo un mayor número de agentes y tecnología avanzada para detectar y detener a personas que cruzan ilegalmente. Este enfoque ha resultado en un aumento en la tasa de aprehensiones en la frontera suroeste, que ha promediado el 78% desde el inicio de la administración de Biden, similar a la tasa bajo la administración anterior. En el año fiscal 2021, esta tasa fue del 80.9%.
Además, las reformas en las políticas migratorias bajo la administración de Biden han facilitado la deportación de inmigrantes que son considerados una amenaza para la seguridad pública. Estas políticas han sido implementadas con el objetivo de mantener la seguridad nacional, lo que ha resultado en un aumento significativo en las deportaciones. Desde mayo del año pasado, las autoridades de inmigración han llevado a cabo 520,000 deportaciones y retornos, superando el máximo anterior de 518,000 en el año fiscal 2019.
El aumento en los recursos y el enfoque en la aplicación de las leyes migratorias también ha sido un factor clave. La administración ha destinado más recursos y ha puesto un mayor énfasis en la aplicación de las leyes migratorias, lo que ha resultado en un incremento en las deportaciones. Este enfoque incluye la implementación de nuevas estrategias y el uso de datos para identificar y deportar a inmigrantes ilegales.
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Finalmente, la nacionalidad de las personas encontradas en la frontera ha variado, y para deportar a estas personas, Estados Unidos necesita una relación de trabajo con sus países de origen. China, por ejemplo, no acepta de vuelta a sus ciudadanos, incluso si las autoridades de Estados Unidos ordenan su deportación. Las personas de países que no cooperan con las deportaciones deben ser liberadas porque legalmente no pueden ser detenidas indefinidamente. Sin embargo, la colaboración con México ha sido esencial para deportar a venezolanos y personas de otros países que, de otro modo, serían difíciles de deportar debido a relaciones diplomáticas tensas.
Las estadísticas reflejan la magnitud del problema y la efectividad de las políticas implementadas. Entre los años fiscales 2021 y 2023, se registraron aproximadamente 1,589,155 "gotaways" (personas que cruzan la frontera y no son capturadas) en la frontera suroeste. Esto es significativamente mayor en comparación con los 521,247 "gotaways" registrados entre los años fiscales 2017 y 2020. Esta cifra muestra el desafío continuo que enfrenta la seguridad fronteriza y la necesidad de recursos adicionales y estrategias efectivas para manejar la inmigración ilegal.
El debate sobre la inmigración en Estados Unidos es complejo y polarizador. La administración de Biden ha enfrentado críticas tanto de aquellos que consideran que las políticas son demasiado estrictas como de aquellos que creen que no son lo suficientemente estrictas. Las opiniones públicas también reflejan esta división. Una encuesta de PBS NewsHour/NPR/Marist, por ejemplo, indicó que el 57% de los adultos estadounidenses creen que dar la bienvenida a otros define lo que es el país, aunque este porcentaje ha disminuido desde julio de 2021.
A medida que nos acercamos a las elecciones de 2024, la inmigración y la seguridad fronteriza seguirán siendo temas candentes. La administración de Biden deberá equilibrar las preocupaciones de seguridad con las realidades humanitarias y diplomáticas de la inmigración. La colaboración internacional, la aplicación efectiva de las leyes migratorias y el uso de tecnología avanzada seguirán siendo componentes cruciales en la gestión de la inmigración.
En conclusión, el aumento en las deportaciones de inmigrantes en Estados Unidos es el resultado de una combinación de factores, incluyendo una mejor colaboración internacional, un aumento en la seguridad fronteriza, reformas en las políticas migratorias, un mayor enfoque en la aplicación de las leyes y la variabilidad en la nacionalidad de los migrantes. Estas medidas reflejan el esfuerzo continuo por gestionar la inmigración de manera efectiva mientras se abordan las preocupaciones de seguridad y se mantienen las relaciones diplomáticas con otros países. La situación actual destaca la complejidad del problema y la necesidad de un enfoque multifacético para abordar los desafíos de la inmigración en Estados Unidos.
El Lic. Néstor Saldívar posee una maestría en Ciencias de la Educación, con enfoque en Planificación Educativa. Es abogado y comunicador, antiguo director asociado de comunicación de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días para la región del Caribe. Obtuvo la visa EB-2 con la exención por interés nacional en base a sus propios méritos en tan solo 45 días. Por su experiencia y con deseo de ayudar a otros a lograr lo mismo, crea contenido educativo desde su plataforma ResidenciateconS y otros medios.
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