El problema de la energía eléctrica del país ha llevado a muchas personas y comercios a recurrir al uso de plantas eléctricas e inversores que utilizan baterías de ácido – plomo, pero, ¿te has puesto a pensar qué ocurre con las baterías que se van descartando?
En el caso de la República Dominicana, según el gerente financiero de la empresa Verde Eco Reciclaje Industrial (VERI), Henry Butler, al año se comercializan dos millones de baterías, cada una con un peso de 22 kilos, representando unas 44 mil toneladas de baterías.
Según Butler, aproximadamente un 15 % de esas 44 mil toneladas es solución ácida, por lo que se trataría de siete mil toneladas de ácido sulfúrico, de los cuales dijo que hay unas mil toneladas de solución que no son exportadas ni recicladas.

Henry Butler | Foto: Kelvin de la Cruz
Explicó que la empresa Verde Eco Reciclaje Industrial (VERI) posee la única planta de tratamiento de baterías en el país (ubicada en Haina), en la que se recicla una parte de ellas, pero hay otra cantidad de baterías descartadas que se exporta.
Sin embargo, denunció que existen varias normas a través de las cuales el Ministerio de Medio Ambiente debería prohibir la exportación de las baterías descartadas y que sean recicladas en el país.
Dijo que el Ministerio de Medio Ambiente aún mantiene los permisos de exportación de baterías descartadas, por lo que entiende no se está cumpliendo con el Convenio de Basilea y la Ley 64-00 sobre Medio Ambiente y Recursos Naturales.
En su artículo 105, la Ley 64-00 sobre Medio Ambiente, establece: “La Secretaría de Estado de Medio Ambiente y Recursos Naturales podrá autorizar la exportación de residuos tóxicos cuando no existiese procedimiento adecuado en el país para la desactivación o eliminación de los mismos; para ello se requerirá del previo y expreso consentimiento del país receptor para eliminarlos en su territorio, según convenios internacionales ratificados por el Estado”.
Respuesta de Medio Ambiente
Para este trabajo, la Z Digital consultó al Ministerio de Medio Ambiente respecto a los permisos de exportación de baterías y al caso de la planta de reciclaje para conocer su posición al respecto y allí solo informaron que con relación a este caso hay un proceso abierto para realizar una inspección al lugar.
¿Qué es y qué establece el Convenio de Basilea?
El Convenio de Basilea es un tratado ambiental internacional que reglamenta el movimiento transfronterizo de desechos peligrosos, el cual fue puesto en vigor en 1992 y ratificado en República Dominicana en el año 2000.
El Convenio establece en su artículo 4 numeral 9: “Las partes tomarán las medidas apropiadas para que solo se permita el movimiento transfronterizo de desechos peligrosos y otros desechos si: el Estado de exportación no dispone de la capacidad técnica ni de los servicios requeridos o de lugares de eliminación adecuados a fin de eliminar los desechos de que se trate de manera ambientalmente racional y eficiente”.
Al respecto, la abogada y experta en derecho de administración del Estado, Leticia de Andrés, explicó que solo debe permitirse el movimiento fronterizo de esas baterías si el Estado de exportación no dispone de la capacidad técnica para eliminar adecuadamente los desechos, es decir que "si en el Estado existe la forma ambiental para eliminar esos desechos no deben exportarse y se le debe dar el tratamiento de reciclaje".
La abogada agregó que si la compañía VERI tiene los mecanismos y el equipo para hacer de esos desechos un producto limpio, las baterías descartadas no deberían exportarse.

Foto: abogada Leticia de Andrés
¿Sería un monopolio?
El hecho de que hasta ahora VERI tenga la única planta de procesamiento de baterías descartadas en el país ha abierto un debate sobre si es cierto que en caso de que Medio Ambiente prohíba las exportaciones de baterías se crearía un tipo de monopolio.
Al ser consultada al respecto, la abogada Leticia de Andrés indicó que ese aspecto es tratado en la Constitución del país en su artículo 50, con el interés de garantizar la libertad de empresa.
“No se permitirán monopolios, salvo en provecho del Estado. La creación y organización de esos monopolios se hará por ley. El Estado favorece y vela por la competencia libre y leal y adoptará las medidas que fueren necesarias para evitar los efectos nocivos y restrictivos del monopolio y del abuso de posición dominante, estableciendo por ley excepciones para los casos de la seguridad nacional”, señala el artículo 50 de la Carta Magna en su inciso 1.
La abogada sostuvo que en este caso no sería un monopolio si el Convenio de Basilea, del cual somos signatarios, así lo establece.
Dijo que la razón por la que se exportan los desechos de las baterías no es solo por el negocio sino para sacar del país los desechos tóxicos que pueden representar un peligro para el medio ambiente.
“La empresa Meteoro (VERI) instauró un proceso de reciclaje de baterías. Se ha querido creer que existe un monopolio, pero realmente el monopolio no es ilícito siempre y cuando se le abra las puertas a otras personas físicas o morales de hacer lo mismo, que lo pudieran hacer siempre y cuando cumplan con los requisitos”, resaltó De Andrés.
VERI
Henry Butler, gerente de VERI, considera que en caso de que se pueda reciclar en el país todas las baterías usadas incrementaría el ingreso de divisas, se vendería a nivel industrial el polipropileno resultante del reciclaje y se generaría nuevos empleos (250 directos y otros indirectos entre los suplidores de latas viejas, aceite quemado, oxígeno líquido y gas natural).

Foto cedida a Z Digital
Contaminación por plomo
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido en reiteradas ocasiones a la ciudadanía sobre el peligro a la exposición del plomo.
Según la entidad, más de tres cuartas partes del consumo mundial de plomo corresponden a la fabricación de baterías de plomo-ácido para vehículos de motor, aunque advierte que el metal también se utiliza en productos como pinturas y material de soldadura.
En cuanto a este aspecto, el médico infectólogo Jesús Feris Iglesias destacó la peligrosidad de la contaminación por plomo, la cual puede ocurrir por ingestión e inhalación.
Explicó que ese tipo de contaminación es tan peligrosa para las personas que puede causar daño cerebral y hasta la muerte.
Aclaró que no cree que porque una persona destape una batería de inversor para echarle agua pueda enfermarse.
Indicó que el problema está en el vapor del plomo que tiene la batería y ponerla a calentar porque con el plomo derretido hay ingestión.
Destacó que hay personas que colocan los inversores y sus baterías dentro de las casas por falta de espacio, pero que no tiene conocimiento de algún estudio sobre eso.
La primera versión de este reportaje fue publicado el 25 de marzo de 2017 en Z Digital por el periodista Melbin Gómez.