Transcurría el año 1974 y por fin se publicó en Brasil la obra más importante de Paulo Freire titulada Pedagogía del oprimido, que ya había sido publicada antes en inglés y en español. En esta obra Freire sintetizó su aprendizaje mientras trabajaba en la alfabetización de obreros brasileños, con una metodología propia que parte de la realidad de las personas limitadas por la exclusión social y a las que puso como meta la concienciación y análisis de su propia realidad, para que puedan superar su estado de pobreza.
Freire planteó la toma de conciencia sobre la realidad en que vive el individuo (oprimido) como primer paso para luchar y liberarse de los opresores, mientras utilizaba los elementos de la realidad para enseñarles a leer y escribir. Este planteamiento fue revolucionario, porque en buena medida estaba proponiendo un cambio en el orden establecido por el sistema capitalista imperante.
Para el 2010 se estrenó el documental Esperando por Superman (Waiting for Superman), del director Davis Guggenheim, que hace una crítica fundamentada sobre las acciones del sistema educativo de Estados Unidos de América, al comparar diferentes prácticas escolares públicas con otras de escuelas privadas, y pone de relieve lo que hace a un docente un buen o mal profesional. Muestra claramente las posibilidades que tienen los niños pobres frente a los que sí pueden pagar una educación de calidad, y concluye que en ese sistema es difícil que la gente pobre salga por sí misma de su estado de exclusión social.
En el año 2012, el documental La Educación Prohibida se estrena en Argentina, de la mano de un cine independiente, que surgió como un proceso de investigación informal en ocho países y culminó con más de 90 entrevistas, en las que se plantea una visión crítica de la educación actual, con propuestas y prácticas educativas no convencionales, y daba cuenta de la necesidad de buscar nuevas formas de educación.
Estos tres ejemplos nos siguen dando en qué pensar, frente a las tendencias actuales que analizan al individuo como un ente aislado, al que sólo hay que preparar para ejercer una labor, un oficio, destinado a un cubículo en las empresas tradicionales. Se plantean muchas respuestas a ninguna pregunta, contradiciendo al ejercicio de la educación de calidad que se basa en la duda metódica de Descartes, con el sistema tradicional que solo plantea certezas.
El salto en la calidad de nuestra formación profesional parte desde la base del sistema educativo, y debe tomar en cuenta que los oprimidos, que en República Dominicana constituyen la mayoría según las propias estadísticas oficiales, deben participar desde la toma de conciencia del lugar que ocupan en la sociedad, y deben partir de un análisis sobre cómo salir del círculo vicioso de la pobreza, para que al salir de esta condición no se conviertan en opresores.
Son oportunas estas reflexiones de Paulo Freire, y tomando en cuenta que nadie libera a nadie, ni nadie se libera a sí mismo, sino que las personas se liberan en comunión, comencemos por cambiar el sistema de “educación bancaria” descrito por este educador brasileño del siglo pasado, pero que hoy está más vigente que nunca. Se trata de tomar en cuenta que el compromiso por el otro es uno de los pilares para la liberación del oprimido.
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