El base Stephen Curry anotó 25 puntos, incluidos cinco triples, y volvió a ser el líder del ataque balanceado de los Warriors de Golden State, que se impusieron por paliza de 137-90 a los Hornets de Charlotte, y lograron el quinto título consecutivo de campeones de la División Pacífico.
Mientras que los Hornets sufrían la peor derrota de la temporada y se alejaban un poco más de la lucha por conseguir el octavo puesto de la Conferencia Este, último que da derecho a estar en la final y ahora lo tienen los Heat de Miami.
Curry consiguió cinco o más triples en ocho partidos consecutivos, la mejor racha como profesional y llegó a los 335 en lo va de temporada, la segunda mejor marca de su carrera, sólo superada por los 402 que logró durante la del 2015-16.
El escolta Klay Thompson anotó también 24 puntos, incluidos seis triples, sin que tuviesen descanso, que esperaba el entrenador de los Warriors, Steve Kerr, podría darles de cara a los playoffs.
Pero decidió que tenían que trabajar y rindieron a la perfección al combinarse con 11 triples de 17 intentos y 17 de 30 con los tiros de campo.
Thompson con el último triple que anotó en el partido llegó a los 1,788 como profesional y superó a Rashard Lewis (1.787) en el decimosexto puesto de la lista de todos los tiempos de la NBA.
El base Quinn Cook aportó 21 puntos como reserva, incluidos cinco triples, y los Warriors anotaron 21 de 33 tiros desde fuera del perímetro para un 64 por ciento de acierto.
Los Warriors, que se olvidaron de la frustrante derrota que sufrieron de visitantes la noche del viernes en tiempo de prórroga (131-130), con decisiones arbitrales polémicas.
Tampoco esta vez faltó el protagonismo de los árbitros después que el pívot titular DeMarcus Cousins, que en el partido disputado el pasado 25 de febrero, en Charlotte, aportó un doble-doble de 24 puntos y 11 rebotes, vio como era expulsado a falta de 6:09 minutos del segundo cuarto al cometer una falta flagrante de segundo grado ante el pívot español Willy Hernangómez.