Es triste ver cómo alguien asume que solo o sola “lo hace mejor”, cuando se ha comprobado que las posibles metas se consiguen de manera más efectiva con la fuerza de la unidad y los aportes que otros puedan brindarnos, y para ello necesitamos socializar y armonizar, pero sobre todo, entender que no estamos solos en el planeta y que todo es un engranaje: nos necesitamos los unos a los otros.
La realidad es que quien ha asumido la filosofía de “solo o sola lo hago mejor”, a corto o mediano plazo termina aislado y ahuyentando a seres humanos valiosos que pudiesen ser un soporte y un gran aprendizaje.
- Lee también: ¿Eres reactivo? No cuidar lo emocional podría dañar
A quien no entiende la importancia de trabajar en armonía, en equipo, se le hace difícil enganchar socialmente y por eso quizás cuando trata de introducirse a un ambiente de trabajo, no logra conectar con sus compañeros: ¡El individualismo que ha asumido ahuyenta y no es atractivo!
Por eso empiezo diciendo que es triste ver a alguien que no haya entendido que cuando las fuerzas se suman para lograr un objetivo determinado por una misma causa, los resultados son increíbles, maravillosos, porque en definitiva cuando no se da cabida al individualismo, el ambiente en cualquier espacio fluye y las motivaciones para hacer las cosas están a la orden del día.
- Lee también: Escribir bien habla mucho de ti
Han sido muchas las situaciones que se han presentado en nuestro ambiente no solo laboral, incluso hasta en el familiar, y aunque no soy psicóloga, creo que la crianza con el hogar como base tiene mucho que ver. Los padres deben mostrar el cómo trabajar en equipo. Ahí están los hermanos y primos, los amigos y vecinos del niño o la niña para que juntos, puedan encausar una tarea en conjunto, y así valoren delegar, asumir y compartir conocimientos.
Los liderazgos, por ejemplo, necesitan mucho del trabajo en equipo para poder lograr sus objetivos. Si sus equipos no están cohesionados, si el grupismo impera y el protagonismo busca desconocer roles y asignaciones, la armonía no estará presente y esto afectará las metas y por ende, al producto principal.
De ahí que escuchemos mucho las palabras cohesión, fuerza, cohabitar, cuerpo, confianza, compromiso, unidad, lazos, en fin… cuando se quiere hablar de unidad para lograr un propósito, el trabajo en equipo debe asumirse aplicando todas estas cualidades, sin mezquindad mas sí con humildad.
- Lee también: Cuando un “piropo” nos agrede
Quien dirige tiene mucho peso para que los resultados puedan palparse. Quien dirige debe estar vigilante ante posibles ruidos y hacer que desaparezcan. Quien dirige debe asumir el compromiso de identificar al individualista que podría convertirse en una piedra en el zapato para lograr los objetivos trazados. Quien dirige debe asumir con valor apartar del equipo a quien esté dañando la armonía del mismo.
Cuando entendemos el verdadero sentido del trabajo en equipo, no vacilamos en aceptar errores y enmendarlos, pero tampoco reparamos en enseñar lo que sabemos y adquirir nuevos conocimientos de quienes nos rodean, porque sin dudas, cuando el trabajo se asume sin protagonismos… ¡los resultados son maravillosos!
Z Digital no se hace responsable ni se identifica con las opiniones que sus colaboradores expresan a través de los trabajos y artículos publicados. Reservados todos los derechos. Prohibida la reproducción total o parcial de cualquier información gráfica, audiovisual o escrita por cualquier medio sin que se otorguen los créditos correspondientes a Z Digital como fuente.