La región más afectada por la pandemia del coronavirus, América, con 6,2 millones de casos, avanza hoy en las investigaciones y producción de fármacos que permitan hallar pronto la cura de la enfermedad o mitigar su impacto, que ya deja en el mundo 12,3 millones de contagiados y 555.977 muertos.
El diario The Wall Street Journal informó este viernes que la compañía biotecnológica alemana BioNTech espera obtener la aprobación para su vacuna contra el virus y distribuir centenares de millones de dosis antes de final de año.
Para ello, BioNTech se unió con el gigante estadounidense Pfizer y con la china Shanghai Fosun Pharmaceuticals para producir a escala mundial más de mil millones de dosis de la vacuna durante 2021.
Argentina será sede de estudios clínicos mundiales
Precisamente, hoy se anunció que Argentina fue elegida como una de las sedes de los estudios clínicos que se realizarán para probar esa vacuna.
En un comunicado, BioNTech y Pfizer indicaron que el país suramericano fue seleccionado con base en diversos factores, entre los que figuran la experiencia científica y las capacidades operativas del equipo de investigación principal, la epidemiología de la enfermedad y la experiencia previa en la realización de estudios clínicos.
"Estamos orgullosos de que la comunidad científica en Argentina tenga un papel clave en los esfuerzos de investigación global y en la lucha contra la COVID-19. Nos tomamos esta responsabilidad muy seriamente y confiamos en que la ciencia ganará", señaló Fernando Polack, director científico de la Fundación Infant e investigador principal del estudio.
La investigación en Argentina comenzará a inicios de agosto próximo y estará sujeta a la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica.
Brasil apuesta por la dexametasona
En Brasil, el segundo país del mundo más afectado por la pandemia después de Estados Unidos, con más de 1,8 millones de personas contagiadas y de 70.000 muertas, las más grandes farmacéuticas de América Latina se preparan para afrontar un aumento en el uso de la dexametasona para combatir la COVID-19.
"Hemos aumentado los turnos y dado prioridad a la producción de este medicamento en nuestra planificación, además de anticipar las compras de suplementos para abastecernos", destacó Márcio Freitas, director industrial del laboratorio Aché, el mayor productor de dexametasona de Brasil.
En junio, un grupo de investigadores de la Universidad de Oxford divulgó un estudio en el que hallaron que el tratamiento a base de dosis bajas de dexametasona podría reducir el riesgo de muerte en un tercio de pacientes graves con coronavirus y que se encuentran conectados a ventiladores.
A partir de ese momento, hubo un aumento de la demanda de aproximadamente "cuatro veces más que nuestro promedio mensual", que es de unas 485.000 unidades, explicó Freitas.
La dexametasona es un esteroide de bajo costo y de fácil acceso en todo el mundo.
Sin embargo, las materias primas para la manufactura del medicamento son importadas desde Italia y Estados Unidos.