El último satélite del sistema Beidou (BDS), la alternativa china al GPS estadounidense, será lanzado mañana a las 10.11 hora local (02.11 GMT), confirm a Efe el director general de la oficina china de navegación por satélite, Ran Chengqi.
Una vez que se produzca el lanzamiento, en la base espacial de Xichang, en el sur de China, el satélite estará en su órbita en aproximadamente unos 45 minutos, y es cuando podrá confirmarse que la operación ha sido un éxito, dijo Ran.
El satélite BDS-3 ha completado las pruebas técnicas en tierra y el cohete "Larga Marcha 3B", que lo llevará al espacio, se encuentra preparado en el centro de lanzamiento de Xichang, indicó, por su parte, la Oficina de Navegación por Satélite del gigante asiático.
El cohete portador ha sido sometido a una serie de pruebas antes de ser abastecido de propelente convencional y criogénico, tras lo que se ha comprobado que está en condiciones de cumplir los requisitos de la misión, según la Oficina.
El satélite, cuando entre en órbita, completará la red de 35 aparatos de la tercera generación (BDS-3) del sistema Beidou (Osa Mayor en chino), que el país asiático impulsó en 2015 para poder ofrecer una cobertura global de posicionamiento.
China comenzó a construir el Beidou hace 20 años, con el objetivo de ser autosuficiente en tecnología de navegación y disponer de un sistema alternativo al GPS.
Se compone de dos constelaciones de satélites separadas. El Beidou-1 consta de tres satélites que desde 2000 han ofrecido cobertura limitada y servicios de navegación y posicionamiento para China y algunos países vecinos.
El Beidou-2 comenzó a operar en diciembre de 2011 con diez satélites en órbita y ha ofrecido servicios de geolocalización a los países de la región Asia-Pacífico.
Con la conclusión del Beidou-3, el sistema alcanzará una cobertura global este año y proporcionará una alternativa a los otros tres existentes en la actualidad: el GPS norteamericano, el Galileo europeo y el GLONASS ruso.
El sistema conferirá a China una mayor independencia frente a Estados Unidos y desatará la competencia entre ambas potencias en un sector dominado hasta ahora por la tecnología norteamericana.
Su concepción arrancó en los noventa cuando los militares chinos buscaron reducir su dependencia del GPS, promovido en sus inicios por el Pentágono.
Con 35 satélites, Beidou tendrá más que los 31 del sistema norteamericano y también más que Galileo y GLONASS.
Según sus promotores, Beidou contará además con un margen de desviación en la precisión de 10 centímetros, frente a los 30 centímetros del GPS.
La inversión estimada de China en el proyecto supera los 10.000 millones de dólares.
Varios expertos estadounidenses han reconocido que el sistema de Pekín, al haberse diseñado algunas décadas después del de Washington, ha aprendido de la experiencia de éste y ha mejorado la precisión de la geolocalización.
Según los medios estatales chinos, Beidou se ha exportado ya a cerca de 120 países para servicios como la prevención y gestión de catástrofes o la observación y control del tráfico en puertos y carreteras, entre otra gran variedad de usos, especialmente en el sudeste asiático y Africa.
En China el 70 por ciento de los teléfonos móviles pueden recibir las señales de posicionamiento de Beidou, así como los sistemas de navegación de taxis, autobuses y camiones.