El consumo de alimentos contaminados afecta cada año a más de 600 millones de personas en el mundo, un problema ante el que organismos internacionales y expertos pidieron este martes más inversión en una conferencia en Etiopía.
La sede de la Unión Africana (UA) en Adís Abeba congregó a alrededor de 850 representantes de gobiernos, expertos y organizaciones sociales de unos 130 países en un encuentro de dos días de duración dirigido a reforzar la colaboración para mejorar la inocuidad alimentaria.
Durante su inauguración, el director general de la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO), José Graziano da Silva, subrayó que se necesita que los alimentos no causen daños a la salud para lograr seguridad alimentaria.
"El mundo produce suficiente para alimentar a todos, pero una parte importante de esta comida no es inocua", un problema que se está agravando por factores como la rápida urbanización, los nuevos modelos de dieta y el cambio climático, advirtió el responsable.
En su opinión, usar menos químicos en la agricultura, mejorar el etiquetado de alimentos, evitar el mal uso de los antibióticos y armonizar los estándares pueden contribuir a una alimentación de más calidad.
Más de 600 millones de personas enferman y unas 420 mil mueren cada año (el 40 % son menores de cinco años) por ingerir comida contaminada con bacterias, virus, parásitos, toxinas y químicos, especialmente en África y Asia, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
"Se repiten los mismos errores y la gente sigue sufriendo", aseguró el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, para quien la inocuidad alimentaria "no ha recibido la atención que merece".
Llamó a reforzar las regulaciones y la capacitación de control de los países, al tiempo que apuntó que los brotes de enfermedades pueden servir de ocasión para modernizar los sistemas, como sucedió con los europeos tras el brote del "mal de las vacas locas" en la década de 1990.
El director general de la Organización Mundial del Comercio (OMC), Roberto Azevêdo, instó a la digitalización y el uso de nuevas tecnologías para asegurar la calidad de los alimentos en toda la cadena y mejorar el acceso a la información tanto a nivel nacional como internacional.
Avanzó que habrá un segundo encuentro internacional el 23 y el 24 de abril en Ginebra, centrado en reforzar los estándares alimentarios en el comercio mundial.
"No es coincidencia que la primera conferencia tenga lugar en África", donde la contaminación de los alimentos supone un grave problema, afirmó Moussa Faki, presidente de la Comisión de la Unión Africana, que junto a los otros tres organismos organiza la cita de Etiopía.
La UA anunció que apoyarán los trabajos en el continente del "Codex Alimentarius", normas alimentarias de referencia internacional fijadas por un órgano de Naciones Unidas, e identificará un laboratorio de referencia que brinde formación a los centros nacionales, entre otras medidas.
El Banco Mundial calcula que la pérdida de productividad asociada a las enfermedades transmitidas por los alimentos cuesta 95.200 millones de dólares anuales (unos 84.300 millones de euros) en los países de ingresos bajos y medios, a los que se añaden 15 mil millones de dólares (13.300 millones de euros) en tratamientos de salud.
El especialista de esa institución Steven Jaffee pidió a anticiparse a los cambios ligados a la dieta, la demografía y la estructura de los sistemas alimentarios, dando prioridad a "lo fundamental", de forma que sea sostenible la inversión en ciencia, recursos humanos e infraestructuras.
Ed Mabaya, directivo del Banco Africano de Desarrollo, recalcó que la inocuidad alimentaria debería ser "un derecho para todos", para lo que se requiere unir al sector público con el privado, que es el que principalmente proporciona esos productos.