Una jueza estadounidense condenó hoy viernes a cinco cadenas perpetuas y 120 años de prisión al autor de la masacre en el aeropuerto de Fort Lauderdale, en Florida, que en enero de 2017 dejó cinco muertos y seis heridos.
La magistrada federal Beth Bloom, quien calificó la masacre como los "85 segundos de maldad", escuchó previamente a las familias de los fallecidos y algunos detalles revelados por la fiscalía, que en mayo llegó a un acuerdo con la defensa de Esteban Santiago para que éste se declarara culpable a cambio de descartar la pena de muerte.
Bloom explicó que las cadenas perpetuas fueron dictadas por cada una de las víctimas fatales y los 120 años de prisión por quienes quedaron heridos y además dio la palabra al hombre de 28 años, quien se negó a hablar.
Santiago, de origen puertorriqueño, fue juzgado por disparar su arma indiscriminadamente en la terminal aérea cuando decenas de personas se disponían a recoger sus equipajes. El hombre venía en un vuelo procedente de Alaska, en donde vivía, y en su maleta llevaba la pistola.
De acuerdo con la investigación, el ex militar que sirvió en Irak había estado dos meses antes de la masacre en una oficina de la policía federal FBI con "un comportamiento errático" y diciendo que escuchaba voces que lo inducían a matar.
En ese momento, el hombre fue conducido a una clínica para una evaluación mental que no arrojó anomalías. Sin embargo, familiares de Santiago han asegurado desde Puerto Rico que "la experiencia que tuvo en Irak le cambió completamente la personalidad".