La lectura impacta tanto en lo social, económico y cultural de un país. Esto se debe a que influye en que los individuos adquieran conocimiento, pensamiento crítico, salud mental, amplitud de criterio, persecución de logros, vocabulario, autoestima, habilidades comunicativas, entre otros beneficios. Así lo establece un proyecto realizado en 2016 por Reading Agency.
Sin embargo, el lector recibirá todos estos beneficios solo si es capaz de comprender un texto. En palabras de la Real Academia de la Lengua Española: “La comprensión lectora es el proceso mediante el cual una persona construye, a partir de su conocimiento previo, nuevos significados cuando interactúa con el texto. Esto lleva a quien lee a construir un nuevo concepto sobre la base de lo que ha leído”.
Para que esto suceda y se pueda construir un pensamiento propio a partir de lo leído, el neurólogo José Silié Ruiz explica que debe haber toda una combinación de funciones en el cerebro.
De acuerdo con Silié, el circuito de la lectura se realiza con predominio del hemisferio izquierdo del cerebro, el cual inicia con la visión, en el lóbulo occipital y además el lóbulo frontal, la corteza parieto-temporal y el lóbulo temporal.
En esos territorios están: el área de Broca, donde se produce el habla, que permite traducir en palabras lo que se ha leído; el área de Wernicke, que permite entender lo que se lee y descifra el código del alfabeto; y el giro angular, que vincula el habla con las palabras, almacena y completa las palabras leídas.
¿Y qué sucede cuando no hay comprensión lectora?
Una sociedad con problemas de comprensión lectora disminuye su capacidad de razonamiento y es incentivada a incurrir en violencia, por la poca asimilación de una buena conducta social, explica el filósofo y catedrático universitario Gerardo Roa.
“Los índices de violencia aumentan… porque la comprensión lectora no se circunscribe en la comprensión de un texto, sino en la comprensión de la realidad, la madurez emocional, cómo la gente reacciona”, sostiene al tiempo de explicar que el resultado de la baja comprensión en lo que se lee puede repercutir en los ámbitos políticos, sociales, económicos y culturales.
Esto es secundado por Juan Carlos Toral, médico pediatra y escritor de cuentos infantiles, quien considera que un país que no lee no puede tener buenos resultados en lectura, especialmente en lectura comprensiva.
Esto queda en evidencia en los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, por sus siglas en inglés), en que los estudiantes dominicanos quedaron en los peores lugares en las mediciones de nivel y apreciación del aprendizaje, que incluye la comprensión lectora.
De igual forma, el país volvió a estar en el último puesto en la tabla de resultados del Tercer Estudio Regional Comparativo y Explicativo (Terce), que se enmarca dentro de las acciones principales del Laboratorio Latinoamericano de Evaluación de la Calidad de la Educación (Llece). La medición se hizo al estudiantado de tercer y sexto grado de unos 15 países de la región, en varias ciencias del saber, que incluye la lectoescritura.
Gobierno admite el problema
Luego de estos resultados, el ministro de Educación de entonces, Andrés Navarro, adujo que la muestra de los referidos estudios evidencian los retos que en lo adelante tendría la cartera educativa, pues ya no se partiría de especulaciones, sino de una realidad identificada para hacer frente a los desafíos que tiene el sistema educativo.
El director del Departamento de Currículo del Ministerio de Educación, Juan Generoso Polanco, afirma que los malos resultados de medición del aprendizaje en el estudiantado dominicano han sido de preocupación para el órgano educativo: “Tenemos claro que sí, que tenemos baja en la comprensión que es el eje fundamental de PISA”.
Polanco explica que el currículo está fundamentado en cuatro competencias comunicativas: comprensión oral, para que el individuo comprenda cuando escucha, producción oral, cuando el individuo habla… comprensión escrita, cuando el individuo comprende lo que lee; y producción escrita, que es escribir.
Sin embargo, en un estudio de comprensión lectora realizado por Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (Ideice), unos 88 estudiantes de quinto a octavo grado del nivel básico, pertenecientes al Centro Educativo Arístides Fiallo Cabral, del Distrito Nacional, mostraron deficiencias en reflexionar sobre la validez de lo que han leído, así como en el análisis y pensamiento crítico a la hora de coordinar las ideas efectuadas en el texto.
El mismo informe recomienda buscar nuevas estrategias para la comprensión lectora, y que se lean diferentes tipos de textos que mejoren la producción oral y escrita de los estudiantes.
¿A qué se atribuye los bajos resultados de RD en medición del aprendizaje frente a otras naciones?
Gerardo Roa, también lingüista, narra que la problemática debe ser abordada de manera conjunta, ya que no se debe adjudicar una sola corriente científica del pensamiento: “Además de las condiciones del aprendizaje, que son psicológicas y neurológicas, están las ambientales y alimentarias… el factor económico”.
En esto coincide el 43 % de los 236 votos obtenidos en una encuesta realizada por Z Digital en su cuenta de Twitter. A pesar de que tras el proceso electoral del año 2012, en la que resultó ganador el actual presidente Danilo Medina, el Gobierno comenzó a cumplir con lo que establece la Ley 66-97 que rige el sistema educativo, asignando en el Presupuesto General del Estado el 4 % del Producto Interno Bruto (PIB) para la Educación.
En adición al 4 %, el Banco Mundial aprobó en el 2015 unos 50 millones de dólares al Gobierno dominicano, destinados al reforzamiento de la educación preuniversitaria y la capacitación de docentes, mediante el Pacto Nacional por la Educación.
La disposición económica con que cuenta el Estado para el año 2019 ronda los 922 mil millones de pesos, de los cuales el 16 % es para la inversión en educación, tal y como faculta la normativa legislativa.
La exvicepresidenta de la República Milagros Ortiz Bosch, quien además fue secretaria de Educación durante el Gobierno del expresidente Hipólito Mejía, aduce que el bajo resultado que obtienen los estudiantes dominicanos en las mediciones internacionales a un retraso en la inversión en educación, por lo que considera que la aplicación del 4 % fue una batalla ganada por la sociedad en beneficio del país.
El sociólogo y catedrático universitario Carlos Andújar plantea que la sociedad dominicana no estableció las condiciones en las que distribuiría la aplicación del pregonado 4 % para la educación, sino que solo se concentró en pedir el cumplimiento de la normativa legislativa.
“El primer error fue que el movimiento del 4 % debió poner condiciones para la aplicación del 4 %… se dejó engatusar de la clase política”, considera Andújar.
Educa, entidad empresarial que propicia el incentivo a la educación, en su informe sobre el aporte del sector privado a la educación dominicana, define como un problema la disgregación del sistema educativo nacional, las cuales -según el informe- son poco efectivas, por lo que propone crear una instancia de coordinación sistémica que tenga como propósito evitar la duplicidad de esfuerzos y recursos, y definir una única política educativa integral de carácter nacional.
La cuota de responsabilidad de los docentes
El 57 % de los usuarios de Twitter que contestaron la encuesta de Z Digital atribuye a la baja formación del personal docente los bajos resultados de RD en medición del aprendizaje.
Bosch es partidaria de que haya una mayor inversión en la formación del cuerpo docente: “Hace falta invertir mucho, pero mucho en los maestros y ayudarlos a entrar en una nueva etapa en cuanto a la transmisión de calidad del conocimiento”.
“No hemos podido modificar los sistemas educativos, para que la gente pueda comprender, desde el punto de vista de las matemáticas y de la comprensión de la lectura, que es donde más tenemos fallas en el sistema educativo dominicano”, asegura Bosch.
Jorge Luís Mateo Ramírez, profesor de informática en varios centros educativos, entiende que la lectura es la base fundamental para comprender las demás ciencias y que, además, es una debilidad del Estado, por lo que recomienda una preparación más acabada del cuerpo docente, ya que este es el que imparte el conocimiento en el aula.
Z Digital trató de consultar a la presidenta de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP), Xiomara Guante, para captar su reacción sobre la situación, pero esto no fue posible ya que la maestra se negó en reiteradas ocasiones a aportar su opinión.
“Viéndolo desde el punto de vista de la educación, el maestro es la base, y esa base debe estar preparada, debe enseñar una serie de habilidades que conlleva que ese docente pueda formar un buen ser humano”, explica Ramírez.
Las autoridades educativas explican que ante las evaluaciones de las que el país ha registrado resultados precarios, han realizado variación al currículo educativo y la capacitación del personal docente. Es por ello que para el año escolar 2017-2018, el Ministerio de Educación (Minerd) puso en marcha un programa de capacitación de docentes, facilitadores y técnicos de la entidad, orientados en la aplicación de tecnología al aprendizaje y escolar, con la colaboración de la República Digital.
Poca lectura, y no reflexiva
El sociólogo José Antonio Fiallo considera que para lograr una transformación social mediante la educación, se debe enfocar partiendo de la población rural, para que esta no tenga que verse en la necesidad de emigrar a las grandes urbes.
Juan Carlos Toral, escritor de cuentos infantiles, aduce que los niveles en los que se encuentra la educación dominicana no solo debe atribuirse a los bajos ingresos económicos, sino al poco hábito de lectura que tienen los ciudadanos.
“No tenemos acceso a libros”, expresa Toral al cuestionarse sobre su posición desde el punto de vista del Estado, a lo que añade que desde el sector oficial no se están haciendo políticas en esa dirección.
Deplora que las librerías del país se están extinguiendo, por lo que recomienda que el Estado debe liberar del pago de impuesto a los centros de expendio de textos, como forma de incentivar a que las mismas expandan su presencia.
Andújar, en cambio, atribuye que la poca capacidad para asimilar que tiene el estudiante dominicano a una escolaridad poco rigurosa, aunque reconoce que en los gobiernos del dictador Rafael Leonidas Trujillo Molina se aplicó la rigurosidad, pero no reflexiva.
“A nosotros lo que nos enseñan es a repetir, no a construir… la lectura comprensiva es el esfuerzo de construir un pensamiento propio y un pensamiento crítico… la lectura comprensiva es la interpretación de lo que tú lees”, sostiene.
Futuro incierto
“Estamos muy mal, muy mal estamos”, con esta expresión define el psiquiatra Héctor Guerrero Heredia el estado actual de la educación dominicana, quien lo atribuye a un problema de Estado. “Aquí hay analfabetismo funcional”.
Guerrero indica que la situación es un problema multidisciplinario, que está enraizado y no será fácil salir, por lo que propone enviar personal docente a adquirir nuevos conocimientos a naciones con niveles de educación avanzados: “Es muy difícil que la República Dominicana, en los próximos 100 años, recupere y empate con el resto del mundo”.
Educa corrobora con esto al establecer en su resumen exploratorio a la aplicación del 4 % que los cambios en educación no ocurren de inmediato: “Estos son el resultado de procesos de inversión sistemáticos y acumulados en el tiempo sobre cada generación de estudiantes. Los déficits acumulados de inversión, y al mismo tiempo la necesidad de repensar y reorientar a la educación dominicana hacia la calidad, exige de todos los actores y en particular de las autoridades, acciones para sacar el mayor provecho al uso de los recursos que se dispone”.