Contrario a lo que muchos piensan, las elecciones presidenciales en los EE. UU. no inician el 3 de noviembre, más bien, culminan en esa fecha. Este año, las elecciones empezaron el 4 de septiembre, y, hasta el momento, más de 6 millones de estadounidenses han ejercido su derecho al voto (Whitesides 2020). Esto es posible gracias al sistema de voto por anticipado que sumado al sistema de colegio electoral hacen de estas elecciones un proceso bastante complejo. A continuación desmenuzo el tema de la manera más sencilla que entiendo posible.
Existen dos modalidades de voto por anticipado, en persona y por correo. 39 estados y Washington D. C. ofrecen la posibilidad de votar antes del “día de las elecciones”. Esto significa que los estadounidenses debidamente registrados para votar en alguno de esos estados pueden presentarse en los recintos electorales disponibles y emitir su voto de la misma manera que ocurre el 3 de noviembre, o, pueden enviar su voto por correo.
El voto por correo tiene sus orígenes en la Guerra de Secesión, cuando se les permitió a los soldados ejercer su voto enviando sus respectivas boletas por correo. Esta práctica se extendió al uso civil y en la actualidad, existen dos tipos de votos por correo. El primero es se conoce como voto universal por correo. Los estados de Colorado, Hawái, Oregón, Utah y Washington envían las boletas por correo a todos los votantes registrados para que estos puedan remitir sus votos por la misma vía.
El segundo es el más utilizado, el voto por ausencia: la mayoría de los estados que han implementado el sistema de voto por correo exigen que el votante solicite la boleta a su autoridad electoral local correspondiente. Para optar por esta modalidad, algunos de estos estados exigen además que el votante presente una excusa válida para no ejercer el sufragio en persona como estar enfermo o fuera del país. Mientras que, otros estados no exigen excusa alguna y otorgan esta opción a todos sus residentes.
Para las elecciones presidenciales del 2016, una tercera parte de los votantes ejercieron su voto a través del correo y se estima que este año la cantidad puede aumentar hasta llegar a ser el 75 % del total de votos emitidos debido a la pandemia por COVID-19 (Novoa & Moehling 2020).
La fecha de inicio para estas dos vías de voto anticipado varía de estado a estado. Este año, Carolina del Norte fue el primer estado en empezar a recibir ‘votos por ausencia’ el 4 de septiembre y Pensilvania el primero en abrir recintos electorales para votar en persona el 14 del mismo mes.
Por otro lado, no solo el proceso de votación se puede hacer por anticipado sino también el conteo de votos se realiza días antes del 3 de noviembre. Por ejemplo, el estado de Arizona inicia el conteo de los votos emitidos por anticipado el 21 de octubre y el estado de Florida inicia el conteo de los votos emitidos por correo el día 13 (mañana). Sin embargo, los resultados electorales solo pueden darse a conocer después de que hayan cerrado todas las mesas electorales el 3 de noviembre. Constituye un delito revelar resultados antes de esa fecha.
El partido Republicano liderado por el presidente Trump ha mantenido una campaña fiera en contra del voto por correo. Ellos argumentan que esta modalidad es susceptible de fraude electoral. No obstante, esta pretensión ha sido desmentida por varios estudios (Barreto et al). En realidad, los republicanos temen que este sistema aumente la participación electoral de grupos que suelen votar en bajas proporciones como los jóvenes, las personas de escasos recursos y las minorías.
A grandes rasgos, estos grupos tienden a preferir el Partido Demócrata pero no se presentan en las urnas de manera masiva. La modalidad de voto por correo facilita el proceso de votación y es probable que esto beneficie al Partido Demócrata. Por su parte, los demócratas indican que este el voto por correo facilita el proceso a los envejecientes, y estos, tienden a votar a favor de los Republicanos. Por tanto, entienden los demócratas, no existe tal ventaja.
En cualquier caso, el voto por correo es una realidad y ambas organizaciones políticas deben movilizar a sus partidarios a ejercer el sufragio para obtener la mayoría de los votos y ganar las elecciones. Claro está, debido al sistema de colegio electoral, obtener la mayoría de los votos en las elecciones presidenciales de los EE. UU. no garantiza la victoria a ningún candidato. Para muestra Al Gore y Hillary Clinton.
En los EE. UU. los ciudadanos no votan directamente por los candidatos a presidente y vicepresidente. En vez, ellos votan por unos individuos llamados ‘electores’ que representan a el partido político de su preferencia en su comunidad. Estos electores han jurado votar por el partido al que representa, pero no están obligados, en principio, a cumplir con tal promesa. Así, los electores podrían votar por un candidato diferente al partido que los eligió.
Desde 1963 hay un total de 538 electores, cada estado tiene un mínimo de tres y se le añaden más dependiendo el tamaño de su población. El número de 538 representa los 100 senadores (dos por estado), los 435 representantes (divididos por estados de acuerdo con su población) y tres electores de Washington D. C. En 48 estados, el partido con más electores se lleva todos los electores. En los estados Maine y Nebraska es más complejo.
Por ejemplo, el estado de Michigan tiene 16 electores. El partido que obtenga nueve gana los 16 electores. En Nebraska se asigna un voto electoral a cada distrito congresual. El ganador de cada distrito obtiene un elector, y el ganador de la votación estatal recibe los dos electores restantes del estado. Algunos argumentan que este sistema es más democrático pues asegura que el partido que obtenga el voto popular obtenga la mayoría de los electores.
El partido que obtenga al menos 270 electores a nivel nacional gana, en principio, las elecciones. Luego, los electores se reúnen en las capitales de sus respectivos estados a mediados de diciembre y emiten sus votos. Sin embargo, como indique más arriba, estos electores tienen la potestad de votar por un candidato contrario al partido que representan. Elector infiel es el rompe con el juramento que hizo a su partido y vota por un candidato contrario.
Cabe resaltar que no todos los electores realizan juramento, y, por tanto, no rompen ninguna promesa en caso de votar en contra de el partido que representan. Por extraño que parezca esto ha ocurrido en varias elecciones, aunque nunca en una cantidad que logre variar el resultado del voto general. Regularmente, los electores infieles votan por partidos minoritarios y no por el principal partido contendor.
Uno de los argumentos más importantes en contra del sistema de colegio electoral es que no garantiza que los candidatos tengan que ganar el favor de la mayoría de los votantes de cada estado. Aunque en la mayoría de las elecciones, el ganador que gana la mayoría de los electores también gana el voto popular, esto tiene poco que ver con el colegio electoral. Por otro lado, los que abogan por este sistema creen que este método ha mantenido la estabilidad política del país en más de 200 años, por consiguiente, ¿para qué cambiarlo?
Por último, quiero discutir la justificación de los padres fundadores para establecer este sistema de voto indirecto que asigna más peso a los votos de estados menos poblados. En primer lugar, fue menester llegar a un compromiso que apaciguara el miedo de estados más pequeños (relativo a población) de no verse aplastados electoralmente por los estados más grandes. Segundo, no dejar en manos de los ciudadanos la importante tarea de elegir al presidente.
Asignado una cantidad mínima de electores por estado, sin importar su población, el sistema de colegio electoral busca crear cierta equidad entre los estados. Y, dejando el voto en manos de electores y no de la población en general consigue poner una salvaguarda contra la tiranía de la mayoría.
Por mi parte, pienso que el colegio electoral tiene poco de crédito que reclamar de la sólida estabilidad del sistema político estadounidense. Nunca los electores han variado el resultado de el voto general y los candidatos buscan votos en todas partes (aunque no con igual intensidad) sin importar que solo algunos estados sean necesarios para lograr la victoria. No obstante, cambiar una practica electoral centenaria podría tener consecuencias inesperadas.
Referencias
Barreto, Matt, Chad Dunn, Michael Latner, Tye Rush, Gabriel R. Sanchez, and Sonni Waknin 2020. "Debunking The Myth Of Voter Fraud In Mail Ballots." https://latino.ucla.edu/wpcontent/uploads/2020/04/LPPI-VRP-Voter-Fraud-res.pdf (20 July 2020).
Novoa, A. and Moehlin, M. (9 de octubre, 2020). Early Voting in Person Is a Safe, Easy Way to Vote in 2020. Teen Vogue.
Whitesides, J. (8 de octubre, 2020). More than 6.6 million Americans have already voted, suggesting record turnout. Reuters
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