El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) consideró como una “burla” y repudió en todo el sentido de la palabra el funcionamiento de un bar clandestino bajo la fachada de una iglesia.
El representante de la entidad, Feliciano Lacen, dijo que estas acciones antisociales son el resultado de una población controladas por sus deseos desenfrenados, con una moral que se deteriora, sin temor a Dios en su corazón, falta de educación, personas que violan la ley establecida por las autoridades del gobierno.
“Acciones como estas deben poner a pensar seriamente a los hombres y mujeres de fe acerca del futuro moral del pueblo dominicano, por lo que llamamos a las autoridades a establecer un régimen de consecuencias para los implicados y personas directas responsables de esta “infame acción”, que la catalogamos contraria a la fe y testimonio que caracterizan el accionar de las congregaciones cristianas”, añadió.
Feliciano Lacen espera que este caso no sea uno más de lo que quedan impone sin que se aplique la ley sin tomar en cuenta los intereses económico y personales que estén de por medio.
El CODUE dice esperar que esta “indelicadeza” cometida por este grupo de personas, sea investigada, juzgado y sancionado con todo el peso de la ley; que acciones de esta categoría no se repitan y se conviertan en una rutina cotidiana, en algo institucionalizado por personas cuyos deseos están inclinados a delinquir y dañar la reputación de instituciones que trabajan en beneficio de la familia, la reinserción social de hombres y mujeres al trabajo productivo.
Feliciano Lacen desea que algún día el país que pregona sus intenciones de salir del subdesarrollo económico deberá primero salir del subdesarrollo espiritual y moral, aspirar a una población más educada, que ame Dios, y la patria, que tenga conciencia ciudadana, que actúe con cortesía, que piense en el respeto a las leyes, las instituciones y en los derechos de los demás.