Muchas ciudades de Alemania adoptan una postura más dura en el último tiempo en su lucha contra la basura de las calles con distintas estrategias.
En un futuro, escupir un chicle al piso, arrojar la colilla del cigarrillo o no levantar los excrementos del perro será mucho más caro en algunos sitios de Alemania.
Un nuevo catálogo de multas del estado federado de Baden-Wüttemberg, por ejemplo, establece para este tipo de infracciones medioambientales una multa de hasta 250 euros (unos 280 dólares). Hasta ahora, estas faltas sólo eran multadas con 10 a 20 euros.
En Stuttgart por ejemplo, se lanzó la campaña "Stuttgart limpia" con, entre otras cosas, cubos de basura de mayor tamaño. Además, el municipio creó más puestos de trabajo en el servicio de mantenimiento de la ciudad para detectar a los infractores en el momento del hecho.
Por primera vez, habrá agentes encubiertos controlando.
La ciudad de Hannover, por su parte, debe luchar por año contra unos 20 millones de vasos descartables por bebidas al paso. Por eso, el servicio de limpieza de la ciudad decidió en 2017 junto a algunos socios comerciales crear un servicio propio de vasos reutilizables a cambio de una garantía.
También la ciudad de Dresde, en el estado federado de Sajonia, decidió endurecer sus medidas. Allí, el monto de las multas por tirar basura aumentó rápidamente en los últimos años.
El año pasado hubo, de acuerdo con las oficinas públicas, 1.439 procedimientos por acciones como tirar el chicle o vasos de cartón a la calle. En total, fueron emitidas multas por un valor de 33 mil euros.