China incrementará el número de vuelos internacionales desde algunos países que cumplan unos criterios específicos anticoronavirus, ante el aumento de la demanda para regresar al país asiático por parte de muchos trabajadores de empresas extranjeras, informaron hoy los medios locales.
Las fronteras chinas permanecen cerradas todavía a los extranjeros, incluso a los residentes en el país, pero Pekín ha establecido una "vía rápida" de excepción para las "necesarias actividades económicas, comerciales, científicas o tecnológicas", así como las "necesidades humanitarias de emergencia".
Muchos empleados de empresas extranjeras en China que no han podido hasta el momento regresar al país intentan encontrar fórmulas, bien a través de la presión de sus embajadas o de sus compañías, para poder acceder a ese "canal verde" de entrada.
La reanudación de la actividad económica en el gigante asiático hace cada vez más necesario para numerosas empresas europeas, estadounidenses o de otros lugares disponer de sus empleados extranjeros en el país.
Xiong Jie, portavoz de la Administración de Aviación Civil de China (CAAC) anunció el miércoles que el organismo ha mantenido contactos con "países importantes" para incrementar el número de vuelos y que "a la vista del progreso en esas conversaciones el número de vuelos podría incrementarse hasta un nivel apropiado".
El portavoz recalcó, sin embargo, que un estricto control antivirus es un requisito previo para cualquier reanudación de los vuelos y señaló cuatro criterios para los países que podrían volver a tener más vuelos con China.
Los países "cualificados", según Xiong, serían aquellos que hayan exportado menos casos de COVID-19 al país asiático, que mantengan estrechas relaciones económicas, dispongan de efectivas capacidades antivirales para reducir los riesgos, tengan urgencia para reanudar el trabajo y hayan establecido además ya "canales verdes" para viajes de negocios con la nación asiática.
Bajo estas normas, Corea del Sur y Singapur, que ya han creado esos canales con China tendrían más vuelos hacia y desde el país.
Otras fuentes citadas por la prensa oficial hablan de otros países del sudeste asiático y Europa, así como de Estados Unidos y Japón, aunque el aumento de los vuelos entre EE.UU. y China puede complicarse por el deterioro de las relaciones entre las dos grandes potencias mundiales.
La escasa frecuencia y el alto precio de los escasos vuelos internacionales en la actualidad han llevado a organismos como la Cámara de Comercio de Alemania en el país asiático a fletar vuelos chárter para poder trasladar a China a sus nacionales.
Dos de estos vuelos han llegado ya al país y han transportado a numerosos ejecutivos de grandes empresas alemanas, como las automovilísticas Mercedes Benz o BMW, junto a trabajadores de otros sectores, entre ellos cuatro periodistas.
La Cámara alemana prepara otros tres chárter para entre primeros y mediados de julio en los que ha reservado 10 plazas en cada avión a nacionales de otros países de la Unión Europea (UE), entre ellos España, indicaron a Efe fuentes de la organización de estos vuelos.
Holanda, Bélgica, Dinamarca, República Checa y Suiza son los otros países que dispondrán de 10 plazas para sus nacionales en cada uno de los chárter organizados por la institución alemana.
La Cámara de Comercio de EE.UU. también está intentando ayudar en la organización de algún chárter para ejecutivos estadounidenses que cumplan las condiciones para regresar a China, mientras que la británica mantiene contactos con las autoridades de Pekín para establecer "vías rápidas".
El pasado lunes China amplió algunos vuelos internacionales procedentes de países como Japón, Australia, Canadá y Estados Unidos concediendo permiso para viajar una vez a la semana a aerolíneas extranjeras que no formaban parte de una lista previamente establecida.
Desde principios de marzo, China ha asistido a una considerable caída de la transmisión de nuevos casos del virus a nivel local, pero se ha mantenido el goteo de casos "importados" desde el exterior, la gran mayoría de ellos relacionados con chinos que regresan a su país desde otros severamente afectados por el nuevo coronavirus.
Aunque algunas de las medidas de prevención y limitación de movimientos adoptadas se han relajado, sigue vigente la prohibición, decretada el 28 de marzo, de entrada al país de extranjeros, incluso los residentes en China.