La Administración del Ciberespacio de China, el órgano regulador de internet en el país asiático, cerró 12.000 cuentas en redes sociales porque promovían la inversión en criptomonedas, cuyas actividades fueron declaradas ilegales por las autoridades nacionales, informó la prensa local.
Según el portal de noticias económicas Yicai, la institución "sigue llevando a cabo una campaña de alta presión contra la especulación sobre transacciones con criptomonedas", en el marco de la cual reclamó a plataformas como Weibo o Baidu -equivalentes locales de Twitter y Google, censurados en el país- que cerrasen las citadas cuentas.
Asimismo, se borraron más de 51.000 mensajes que contenían "información ilegal" como, por ejemplo, "invertir en bitcóin para ganar dinero fácilmente".
Las autoridades también clausuraron más de un centenar de páginas web que promovían las criptomonedas y habían publicado tutoriales sobre minado o "especulación transfronteriza" con divisas virtuales.
La Administración del Ciberespacio prometió "reforzar" todavía más su campaña contra las criptomonedas, cuyo auge ha provocado, según su análisis, "un aumento de la especulación y el fraude".
Las autoridades chinas llevan tomando medidas restrictivas contra divisas virtuales como el bitcóin desde 2013; hace menos de un año fue el turno del Banco Popular de China (BPC, el banco central), que declaró "ilegal y delictiva" toda actividad vinculada con las criptomonedas, incluyendo las transacciones, el minado y su publicidad.
Pekín argumenta que la prohibición es necesaria para "mantener el orden económico, financiero y social", y su campaña se enmarca en los planes de reducción de riesgos financieros del Gobierno, que, cabe recordar, trabaja en su propio "yuan digital", una divisa digital pero que, al contrario que las criptomonedas, no pretende descentralizar sino precisamente aumentar el control del BPC sobre la masa monetaria.
Los "mineros" chinos habían llegado a controlar más del 65 % de la potencia de computación mundial dedicada a la obtención del bitcóin, en parte gracias a los bajos precios de la electricidad en ciertas regiones del país.