A propósito del Sermón de las 7 Palabras que lanzó duras críticas al Gobierno, sobre todo en lo que tiene que ver con los nuevos intentos para reformar la Constitución para ir tras una segunda repostulación, el dirigente político Carlos de Peña, destacó este lunes en El Gobierno de la Tarde, que no se está hablando de una organización reciente, sino de una instancia de siglos que se enfrenta a un gobierno cuya vocación es de control absoluto e intentar repostular al líder que los representa.
Señaló que la pregunta en términos sociológicos sería: por qué se da esa confrontación cuando, durante un buen tiempo ha habido una relación cordial.
“Ha habido mancomunidad porque en la configuración de las altas cortes la Iglesia ha estado representada, pero a mí me parece que en esta circunstancia al grupo que dirige el país se le ha ido un poco la mano en los límites y fronteras que la Iglesia es capaz de tolerar”, manifestó.
Dijo que la otra pregunta sería si realmente hay que hablar de dictadura y, que habría que responder que basta con anular a alguien moralmente, no darle acceso a ninguna de las instancias de poder y tener el control de todo lo que signifique poder, y que eso, en estos momentos ese grupo lo controla.
“Si eso no es dictadura, le podríamos poner otro nombre, y alguien me decía, no hay represión Carlos, y no la puede haber porque en estas circunstancia, ese grupo hegemónico lo que ha hecho es disminuir a la oposición, transar con los grupos que dicen ser opositores y el otro aspecto es, que esa precarización de la oposición pasa por una transición de liderazgos que no ha concluido”, señaló De Peña.
Expresó que por eso Danilo Medina, Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Luis Abinader, son los que se convierten en la referencia política y los interlocutores válidos de los grupos fácticos de este país.
“El problema de la Iglesia es una punta del iceberg. Alguien se atreve, un poder similar o proporcionalmente mayor, se atreve a desafiar al poder hegemónico, y solo la Iglesia tiene esa posibilidad”, dijo.
Finalmente, manifestó que “a Danilo no le quedan muchas salidas que no sea avanzar hacia imponer la lógica de poder que le dé tranquilidad en sus últimos días”.