Máxima Méndez, cardióloga | Foto: Kelvin de la Cruz
La presidenta del Consejo de Lípidos y Aterosclerosis de la Sociedad Dominicana de Cardiología, Máxima Méndez, señaló este miércoles que los descendientes de padres con altos niveles de colesterol tienen probabilidad de sufrir esa afección a temprana edad y hasta sufrir infartos prematuros.
Durante una entrevista en La Receta Médica, Méndez aclaró que no solo las personas que son obesas tienen altos niveles de colesterol, ya que según dijo hay personas delgadas que pueden tener un nivel elevado de colesterol por condiciones genéticas. Dijo que el nivel del colesterol normal debe estar por debajo de 185.
“Y cuando se está por encima de esos valores pues ya se considera lo que se llama la hipercolesterolemia que puede tener una causa genética, como dije antes, es decir, que si hay una línea familiar que tiene elevación de colesterol, existe una probabilidad de que los descendientes de esos padres pues termine con elevación temprana, tan temprana que puede ser al momento del nacimiento”, manifestó.
En ese sentido, la especialista explicó que cuando se determina a temprana edad el desorden genético llamado hipercolesterolemia familiar homocigótica, esos paciente no llegan a los cardiólogos “porque esos niños mueren a los dos años de un infarto”.
De igual forma, sostuvo que hay otros casos donde dicho desorden no es tan severo porque lo hereda solo de uno de los dos padres, donde ese descendiente padece de un evento cardiovascular a los 30 años.
“Eso no se espera en las estadísticas, o sea, se considera que alguien se infarta joven cuando es una mujer por debajo de los 60 años y tiene un infarto o una trombosis, o si es un hombre que tienen menos de 50 años, eso es lo que se llama infarto prematuro, que no es lo esperado”, expresó.
Asimismo, afirmó que desde el vientre de la madre las personas crean una estría grasa, que es una especie de depósito fino en las arterias, el cual se acelera y se convierte en un depósito de colesterol mediante los factores de riesgos que se añaden como el sedentarismo y la comida chatarra, lo que a su parecer está siendo más acelerado durante el confinamiento por la pandemia.
