El cardenal Angelo Becciu ha dado un paso al lado y no participará en el Cónclave el 7 de mayo. Él mismo lo ha comunicado: "Teniendo en cuenta el bien de la Iglesia –escribió Becciu–, a la que he servido y seguiré sirviendo con fidelidad y amor, así como para contribuir a la comunión y serenidad del Cónclave, he decidido obedecer, como siempre lo he hecho, la voluntad del papa Francisco de no participar en el Cónclave , permaneciendo convencido de mi inocencia".
Becciu, implicado en el escándalo de las inversiones financieras de la Secretaría de Estado en Londres, fue condenado en 2023 en primera instancia por el tribunal vaticano a 5 años y 6 meses de prisión por malversación de fondos y fraude, convirtiéndose de hecho en el primer cardenal declarado culpable por un tribunal de la Santa Sede.
Aun así reitera su inocencia y la teoría de una conspiración judicial en su contra. En cualquier caso, ya ayer, ante la Congregación General de Cardenales, el cardenal Pattada había expresado su intención, finalmente, de renunciar al Cónclave, para no agravar aún más el clima, especialmente a la luz de las posiciones adoptadas por el Papa Francisco, que antes de morir dejó escritas dos cartas contrarias a su participación en el Cónclave.
Tras la muerte del Papa Francisco, Becciu declaró que no quería excluirse de entrar en la Capilla Sixtina para la designación del nuevo Pontífice porque decía que se consideraba "perdonado" por Francisco. Además, a pesar de la pérdida de privilegios, Becciu nunca fue expulsado formalmente del Colegio Cardenalicio.
Invitado a las Congregaciones Generales preconclave, como todos los demás cardenales, la orientación inicial del Sacro Colegio habría sido la de "someter a votación la participación de Becciu en el Cónclave" una vez que todos o casi todos los cardenales electores hubieran llegado a Roma. Pero la renuncia ha llegado a pocos días de la celebración del Cónclave, el próximo 7 de mayo.