Al caso Polyplast-Villas Agrícolas se le añade un nuevo actor. A inicios de la semana pasada les comentaba que no podíamos adelantarnos a los hechos y analizar una crisis que estaba recién comenzando. Era importante observar y fluir con la línea de tiempo para ver con objetividad las informaciones y posibles responsabilidades que tendrían que asumir las empresas y el Estado, así como el marco legal correspondiente que se aplicaba a esta lamentable tragedia.
El jueves, exactamente a las 7:00 p.m., fuimos sorprendidos por un audio en el que se escuchaba una conversación privada entre dos altos ejecutivos de Polyplast y Propagas. A muchos, les causó gracia la nota de voz, lo reenviaron de manera incansable y hasta dudaron de su veracidad. Otros, lo vieron como una estrategia que demostró mucha astucia por parte de quien lo viralizó ya que, supuestamente, permitió comunicar de una forma efectiva la supuesta responsabilidad del nuevo actor en cuestión.
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La realidad es que la filtración del audio no beneficia a ninguna de las dos empresas. A Polyplast la perjudica porque nuevamente trae sobre la mesa una serie de preguntas sin respuesta que ponen en tela de juicio la credibilidad de sus ejecutivos. Preguntas como: ¿por qué no responsabilizaron a Propagas desde el inicio?, ¿por qué no mostraron el logo del camión tanquero el día del siniestro?, ¿por qué enfrentaron solos la entrevista con Alicia Ortega?, ¿por qué no construyeron un mensaje coherente? y ¿por qué no fueron claros desde el día uno? son solo algunas de las que se han discutido en grupos de WhatsApp.
A Propagas, segunda empresa involucrada, tampoco le conviene. Las personas que lo escuchan y entienden que detrás de esos 370 segundos no hay otra conversación adicional, perciben un marcado interés por mantener intacto el patrimonio de la compañía, pero no así por el bienestar de los afectados. De la misma forma, se cuestionan el ¿por qué Propagas no salió desde el día 1 sosteniendo la mano de Polyplast?, ¿por qué no se hizo un comunicado conjunto? y ¿por qué no se aprestaron a colaborar con las labores de rescate durante los primeros días?
Ciertamente, la filtración de este audio no es beneficioso para Polyplast ni para Propagas y mucho menos para las familias de los ocho fallecidos. Tampoco lo es para los moradores de Villas Agrícolas y los dueños de comercios destruidos, quienes necesitan recuperar sus bienes para reinstalarse en sus casas y negocios. Sin embargo, los más afectados somos definitivamente todos los dominicanos.
Filtraciones como estas, que atentan contra la ética del ejercicio de la comunicación y la privacidad de las personas, no ayudan a focalizarnos en lo que realmente es importante. El caso Polyplast, como les comentaba en la columna del lunes, es solo la punta del iceberg de un tema al que debemos prestarle una verdadera atención.
Ya a nivel de comunicación, como me decía mi amiga y profesional que admiro, Vanessa Reynoso, no se puede hacer más nada, pero a nivel legal sí. Revisemos la Ley de Hidrocarburos, modifiquemos el marco legal que permite la cercanía de fábricas, envasadoras y otras empresas de sectores altamente poblados y empecemos a regular las políticas de seguridad de las empresas. Exijamos que la responsabilidad recaiga sobre quien tenga que caer y que este caso no termine como otros, que se desvían entre las declaraciones de políticos, escándalos de turno y festividades casuales.
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