A una semana de las elecciones europeas, regionales y locales en España, se dan contrastes como el del pueblo madrileño de Griñón, feudo del ultraderechista Vox en las elecciones generales del mes pasado, y el de Campillo de Ranas, en la vecina provincia de Guadalajara, destino "gay friendly", cuyo alcalde ha casado a más de 200 parejas homosexuales.
"En mi clase todo el mundo es de Vox", dice Marta, de 19 años y vecina de Griñón, una de las nueve localidades madrileñas donde este nuevo partido en el mapa político español ganó en las pasadas elecciones generales, con un 25,63 % de apoyos.
También un vecino de 87 años confiesa sin tapujos que votó a Vox en las elecciones generales, aunque no desvela su voto para los comicios locales, pero dice que no le extrañaría que volviera a ganar Vox en Griñón, al ser "un pueblo más bien de derechas".
En el polo opuesto está Campillo de Ranas, pequeña localidad de la "España vaciada", cuyo alcalde socialista anunció en 2005 que él sí casaría a parejas del mismo sexo, frente a las reticencias de otros regidores, después de que el entonces Gobierno de su partido (PSOE) aprobara la ley que lo permitía.
Ese gesto provocó un "boom mediático" que llevó hasta este pequeño pueblo, enclavado en la ruta de la Arquitectura Negra (centro), a muchas parejas homosexuales para que su alcalde, Francisco Maroto, les casara y convirtió a la localidad en una especie de "isla" en la España rural y despoblada.
El PSOE, que ganó las últimas elecciones generales, aparece en todas las encuestas publicadas hasta hoy como el vencedor de las elecciones municipales del próximo 26 de mayo, en las que también Vox, que irrumpió en la política nacional con 24 diputados de los 350 que componen en Congreso, tendría una importante representación.
Mientras que el conservador Partido Popular (PP), mayoritario en las últimas elecciones, tanto europeas como regionales y locales, sufriría una importante derrota, frente al ascenso de Ciudadanos (liberales).
El alcalde de Griñon, José María Porras, de un partido independiente, corrobora el perfil conservador de los habitantes del pueblo, donde además hay muchos aficionados al toro y a la caza, que son dos de los asuntos relanzados por Vox en su programa y discursos, como si estuvieran en peligro.
En su opinión, la clave del éxito de Vox reside en que "lanzó unos mensajes muy claros" relacionados con la inmigración o la violencia de género que "calan en una parte de la población", pero no cree que obtenga el mismo respaldo en las municipales, porque en éstas "se vota más a la persona que a los partidos".
Por su parte, el alcalde de Campillo de Ranas aspira a la reelección después de incluir al pueblo entre los municipios españoles que han hecho de la tolerancia su bandera, sin olvidar la repercusión económica que conlleva el ser considerado como destino "gay friendly".
Gracias al boca a boca, las bodas gais han generado en el pueblo toda una infraestructura hotelera y hostelera que garantiza su supervivencia por las visitas que genera, aunque el "boom" de las bodas entre personas del mismo sexo ha dado paso a una más razonable proporción respecto a la cantidad global de parejas, que ven en el pueblo un lugar ideal para celebrar sus enlaces.
Con parejas del mismo sexo o heterosexuales, la media de matrimonios que "bendice" el alcalde es de 2 o 3 a la semana. Y esa "ilusión" por casarse en un pueblo de la Arquitectura Negra, que está muy bien cuidado y enclavado dentro de un atractivo paraje natural, ha hecho posible que la llegada de visitantes se mantenga todo el año.
Los candidatos de pueblos y ciudades que el próximo domingo celebran elecciones municipales tienen muy en cuenta que una parte del electorado milita en el colectivo LGTBI y, por ello, muchos llevan en sus programas medidas para luchar contra la discriminación por razón de sexo.
Sin embargo, Vox, les querría más lejos cuando celebran su multitudinaria fiesta del Orgullo Gay en Madrid. Si este partido ganara el Ayuntamiento de la capital, esa celebración se haría en la Casa de Campo, un espacio natural alejado del centro, y los organizadores tendrían que pagar la limpieza, anunció su candidato Javier Ortega Smith.