La "autoridad moral" del primer ministro británico, Boris Johnson, vuelve a ser cuestionada por la oposición y por las propias filas conservadoras tras dar vía libre la Cámara de los Comunes a una pesquisa sobre sus supuestos engaños al Parlamento durante la pandemia. Lejos de quedar en el olvido, el llamado "partygate", el escándalo generado por las fiestas organizadas por miembros del Ejecutivo en oficinas públicas durante los últimos dos años, mientras los ciudadanos se atenían a las normas anticovid, sitúa de nuevo a Johnson contra las cuerdas a poco de las elecciones locales del 5 de mayo.
La Cámara de los Comunes (baja) autorizó esta semana que una comisión parlamentaria investigue si el "premier" mintió al Parlamento cuando aseguró que no tenía constancia de que esos encuentros sociales hubieran violado la ley. Este hecho es relevante pues, según estipula el código ministerial de este país, engañar al Parlamento es motivo de dimisión.
A Johnson la noticia le pilló en un viaje comercial de dos días a India, del que ya ha regresado, y en el que reconoció que ello le asestaba "un buena patada" aunque sin dar a entender ni por un segundo que esto le haga plantearse su cargo o baraje dimitir.
Según dijo hoy el laborista Keir Starmer, líder del principal grupo opositor, a la BBC, la "autoridad moral, su autoridad para liderar, ha sido disparada y su propio bando ya está harto de defenderle".
El dirigente del Laborismo considera "extraordinario" que la Policía Metropolitana de Londres "haya emitido ya más de 50 multas con relación a lo ocurrido en Downing Street, posiblemente el lugar de trabajo más sancionado de todo el Reino Unido". Además del líder tory, su esposa, Carrie, y el titular de Economía, fueron este mes multados por Scotland Yard con relación a su asistencia a una fiesta de cumpleaños (la del "premier") en Downing Street.
"Ningún otro primer ministro en la historia de este país ha quebrado la ley en el Gobierno antes de esto. No creo que podamos simplemente obviarlo", recordó Starmer.
La nueva investigación correrá a manos del llamado comité de Privilegios, si bien este no comenzará a trabajar hasta que la Policía haya concluido su propia investigación sobre las fiestas.
CADA VEZ MÁS TORIES DESCONTENTOS CON SU LÍDER
Pero no solo la oposición arremete contra el jefe del Ejecutivo. Cada vez es más palpable el creciente descontento entre las propias filas tories hacia su líder. En declaraciones divulgadas hoy por el Daily Telegraph el ex secretario de Estado tory Steve Baker, partidario de la salida de Johnson, el "partygate" podría "dañar" al partido en los próximos comicios de mayo.
"Los ciudadanos acataron reglas bárbaras y se les dijo que si se desviaban de las normas matarían a otros. Y sufrieron por ello", apuntó ese político. En medio de la tormenta política que vadea Johnson, el presidente del Partido Conservador, Oliver Dowden, respaldó hoy a su líder en una entrevista con el canal Sky News, al que afirmó que no cree que el "premier" engañara al Parlamento.
"Creo que el primer ministro está haciendo un trabajo realmente importante, en cuanto a lo que hemos visto esta semana en la India negociando un acuerdo comercial, al continuar reforzando la presión en Ucrania, así que creo que cuenta con argumentos sólidos para continuar al frente (del gobierno)", opinó.
El presidente de la formación tory remarcó que (Johnson) "tiene aún mucho combustible en el depósito; tiene energía y voluntad para continuar sirviendo a este país y lidiar con los grandes desafíos que se nos plantean" y agregó que la incertidumbre que conllevaría un cambio de liderazgo "dañaría a este país".
No obstante, admitió que las próximas elecciones locales este mayo serán "desafiantes" para los conservadores a raíz de una reciente encuesta elaborada por la firma YouGov que revela que la mayoría ciudadana cree que Johnson mintió sobre las fiestas en la pandemia.