El primer ministro británico, el conservador Boris Johnson, anunció este martes que impondrá el cierre de bares y vetará los encuentros sociales en Manchester (norte de Inglaterra) pese a la oposición del alcalde del área metropolitana de la localidad, el laborista Andy Burnham.
Según EFE, Manchester supera en diversas áreas una incidencia de 500 casos del COVID-19 por cada 100.000 habitantes y se situará a partir de la medianoche del jueves al viernes en el nivel "muy alto" de alerta por coronavirus, el máximo en la escala de tres grados que ha diseñado el Gobierno.
El laborista Andy Burnham exigía un paquete adicional de 65 millones de libras (71 millones de euros) para paliar los efectos negativos de las nuevas restricciones sobre individuos y empresas, pero su negociación con el Ejecutivo central se rompió este mediodía sin un acuerdo.
En una rueda de prensa desde su residencia oficial de Downing Street, Johnson informó de que Manchester recibirá 22 millones de libras adicionales (24 millones de euros), una financiación que considera proporcional a la que fue asignada a Liverpool, que la semana pasada entró también en la máxima alerta.
"Créanme, nadie quiere aplicar estas medidas", dijo el primer ministro, que aseguró sin embargo que "no actuar pondría en peligro al sistema público de salud de Manchester y las vidas de muchos de sus residentes".
Burnham, responsable de una región donde viven cerca de 2,8 millones de personas, afirmó en una comparecencia pública que aceptar las restricciones del Gobierno sin recibir la ayuda económica que solicitaba no le permite cumplir sus "compromisos" con "los ciudadanos de rentas más bajas".
"¿Cómo podemos pedirles a los ciudadanos que estén con nosotros a lo largo de esta pandemia si les forzamos a perder sus ingresos, su puesto de trabajo, sin darles apoyo?", se preguntó el edil laborista.
En el conjunto del Reino Unido, se han registrado en la última jornada 21.331 casos de COVID-19 y 241 muertes, el número de decesos más elevado desde junio.