El primer ministro británico, Boris Johnson, afirmó hoy que los "antivacunas están chalados".
El "premier" hizo esta declaración durante una visita a un hospital del servicio nacional de salud (NHS) en el este de Londres, en una jornada dedicada a promover una expansión del plan de vacunación contra la gripe para este otoño.
Acompañado por los medios, Johnson recorrió los pasillos del centro y en un momento se paró para preguntar a un grupo de sanitarios qué opinaban sobre el movimiento antivacunas.
El líder "tory", quien superó la COVID-19 el pasado abril, no les dio tiempo a contestar y adelantó la repuesta: "Todos estos antivacunas están chalados, chalados".
Sus declaraciones se producen después de que varias encuestas hayan indicado que algunos británicos son reticentes a ponerse, cuando esté lista, la vacuna contra el SARS-CoV-2, el coronavirus que ha causado en el Reino Unido más de 45.000 fallecidos y casi 300.000 infectados.
El movimiento antivacunas ha ganado terreno y adeptos en los últimos años en todo el mundo gracias, en parte, al altavoz que ofrecen algunas celebridades, las redes sociales e investigaciones pseudocientíficas.
Además, un estudio publicado por la revista The Lancet en 1998, ya ampliamente desacreditado por la comunidad médica, sugirió que existían vínculos entre las vacunas contra la rubeola, sarampión y paperas y el autismo en niños, lo que desembocó en una gran caída en las tasas de vacunación.
El pasado año, la Organización Mundial de Salud (OMS) advirtió de que este movimiento es una de las diez mayores amenazas para la sanidad en el mundo.