El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, volvió a desafiar este viernes la pandemia del nuevo coronavirus SARS-CoV-2 y alentó a sus seguidores a "enfrentar" un virus que ya deja cerca de 100.000 muertes en el país.
"Estoy en el grupo de riesgo. Nunca fui negligente, yo sabía que un día me iba a contagiar, como desafortunadamente creo que un día va a pasar con todos ustedes. ¿Tienen miedo de qué? ¡Enfrenten!", aseguró el líder ultraderechista durante un acto en Bagé, en el estado de Rio Grande do Sul.
Bolsonaro, de 65 años, anunció el pasado fin de semana su recuperación de la enfermedad, de la cual se encuentran ahora infectados su esposa y otros seis ministros.
El presidente, uno de los líderes más escépticos sobre la gravedad de la pandemia, dijo "lamentar" las muertes pero afirmó que "la gente muere todos los días" y "así es la vida".
El gigante suramericano ya sobrepasó las 91.000 muertes y los 2,6 millones de casos y hace tan sólo dos días tuvo los máximos récords registrados desde que llegó la pandemia al país, hace cinco meses.
El líder de la ultraderecha brasileña participó este viernes en su segundo acto público desde que dio negativo por la COVID-19, una enfermedad que llegó a calificar en reiteradas ocasiones de "gripecita".
El mandatario llegó a Bagé hacia el medio día, donde era esperado por varios de sus seguidores a quienes saludó entusiasta y a los que volvió a mostrar una caja de hidroxocloroquina, medicamento que a pesar de no tener evidencia científica es promovido constantemente por Bolsonaro como cura para la COVID-19.
Ha sido tanta la propaganda que le ha hecho el líder ultraderechista que el expresidente Luiz Ignacio Lula da Silva señaló la víspera que creía que Bolsonaro se había inventado estar contagiado para promover este fármaco antipalúdico.