El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, reafirmó este martes que su Gobierno no restringirá el acceso al país frente a los temores que provoca la variante ómicron de la covid-19 e insistió en que la sociedad "debe enfrentar el problema".
En un evento organizado por la Confederación Nacional de la Industria (CNI), el mandatario se quejó de la exigencia hecha por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), que ha instado a adoptar medidas para limitar la llegada de la nueva variante, de la que ya se han confirmado seis casos en el país.
Concretamente, la Anvisa, igual que asociaciones científicas, han advertido de que es necesario exigir el certificado de vacunación a quienes lleguen a Brasil, junto con un diagnóstico negativo de la covid-19, para contener un posible rebrote de la pandemia.
Sin embargo, Bolsonaro aseguró que eso no está en los planes del Gobierno y declaró que la crisis sanitaria debe ser "enfrentada", ya que "nadie va a ganar una guerra dentro de su trinchera".
El líder de la ultraderecha brasileña, uno de los mandatarios más negacionistas del mundo frente a una pandemia que ya ha causado más de 615.000 muertes en el país, criticó a los gobernadores y alcaldes que han adoptado el "pasaporte sanitario" y volvió a poner en duda la eficacia de las vacunas.
"Sabemos que quien se vacuna puede contraer el virus, transmitir el virus y morirse por el virus", por lo cual "vamos a proteger a los más ancianos" y a dejar atrás la "política del quédese en casa", insistió.
"Parece que soy el único jefe de Estado que tiene una posición diferente, pero sabemos que no toda unanimidad es bienvenida", apuntó el presidente.
Este lunes, debido al conflicto surgido entre Bolsonaro y los gobernadores y alcaldes que han impuesto la obligatoriedad del pasaporte sanitario en sus jurisdicciones, un juez del Supremo le dio un plazo de 48 horas al Gobierno, a fin de que justifique su negativa a adoptar esa medida sanitaria.