El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, dijo este jueves que su Gobierno está preocupado con la crisis generada por el coronavirus pero que, como mandatario, tiene la responsabilidad de no generar pánico entre la población.
"Algunas personas pueden ni darse cuenta que contrajeron el coronavirus, pero para otras es grave y pueden morir. Por eso existe preocupación en el Gobierno", afirmó el líder ultraderechista en una transmisión en vivo en Facebook y en la que respondió a críticas que ha recibido por su supuesta gestión omisa frente a la pandemia.
"Sólo en 5 % o menos de la población el coronavirus puede generar problemas graves, por eso tomamos las medidas pertinentes, pero mi trabajo es no llevar pánico a la población brasileña", agregó.
El jefe de Estado aprovechó su tradicional transmisión al vivo en Facebook de los jueves para detallar algunas de las medidas adoptadas por el Gobierno para hacer frente a la pandemia, desde sanitarias hasta económicas.
SIETE MESES PARA VOLVER A LA NORMALIDAD
Admitió la gravedad de la amenaza y su fuerte impacto en la economía de Brasil y dijo que el país tardará entre seis o siete meses para volver a la normalidad.
"Con las medidas adoptadas esperamos que en unos tres o cuatro meses ese pico del virus disminuya y que en seis o siete meses los países entren en la normalidad", apuntó.
"No hay duda que hubo un fuerte impacto en la economía y que, infelizmente, lo que pensábamos que íbamos crecer este año, no lo vamos a alcanzar", agregó luego de que el Gobierno redujera la semana pasada la proyección para la expansión del PIB de Brasil este año desde el 2,4 % inicialmente previsto hasta el 2,1 %.
Pese a que tal reducción ya tiene en cuenta parte de los efectos del coronavirus, los economistas consideran que el impacto de la enfermedad será mayor y que el crecimiento económico será muy inferior al previsto por el Gobierno.
DESCONTENTO POR GESTIÓN DE LA CRISIS
Así como lo hizo la víspera en una rueda de prensa, Bolsonaro quiso salir al paso de las recientes desaprobaciones a su gestión por la forma como ha menospreciado la amenaza del coronavirus, ya que llegó a calificar la situación como "histeria" o "fantasía".
Antiguos aliados y movimientos ciudadanos han expresado su descontento, que se ha reflejado en intensos cacerolazos en las principales ciudades en los últimos días, y algunos diputados han aprovechado la situación para presentar ante el Congreso pedidos de destitución del mandatario.
Bolsonaro señaló que conversó telefónicamente con tres estrechos colaboradores a los que se les diagnosticó el coronavirus y los tres dijeron estar bien de salud y con ganas de regresar al trabajo.
Además de sus ministros de Seguridad Institucional, Augusto Heleno Riberio, y de Minas y Energía, Bento Albuquerque, el mandatario dijo haber conversado con el almirante de la reserva Sergio Segovia, presidente de la Agencia de Promoción de las Exportaciones (APEX) y que también dio positivo al virus.
"Si no se hubieran hecho la prueba, ellos no sabría que pueden transmitir el virus y estarían trabajando, pero para otras personas contraer la enfermedad puede ser muy grave", comentó.
"Gran parte de la población, más de la mitad, puede contagiarse y no darse cuenta, Pero una mínima parte puede morir", agregó.
MEDIDAS DEL GOBIERNO BRASILEÑO
Sobre las medidas adoptadas para frenar el avance del coronavirus, citó el decreto publicado este jueves que cierra las fronteras terrestres del país para "prevenir la entrada de personas posiblemente infectadas".
Citó igualmente una medida anunciada la víspera por su ministro de Economía, Paulo Guedes, que concede subsidios a los trabajadores informales, los más afectados por la paralización de actividades.
"Nuestro interés es ayudar a los informales. El Gobierno hizo lo posible para atender a 20 millones de personas en esa situación y otorgarles 200 reales (40 dólares) mensuales por persona. Serán 4.000 millones de reales (800 millones de dólares) por mes durante tres meses. Es poco pero los ayuda", afirmó.
Aseguró que el Gobierno sólo podrá ofrecer esa ayuda gracias a que la Cámara de Diputados atendió su petición y aprobó la declaración de estado de calamidad, que permitirá al Ejecutivo elevar sus gastos en medidas para paliar el coronavirus.
Dijo igualmente que conversó con autoridades de Israel que le dijeron que en un plazo de un mes pueden tener una vacuna contra el virus. "Si Dios quiero eso terminará ocurriendo e Israel puede socorrernos, siempre pidiendo a Dios que bendiga nuestro país y nos ayude a enfrentar este problema", dijo.
Según los últimos datos del Ministerio de Salud, Brasil, el país más afectado por el COVID-19 en América Latina, ha registrado hasta este jueves siete muertos por la enfermedad, todos ellos mayores de 60 años, mientras que el número casos de confirmados saltó un 45 % en un solo día, hasta los 621.