Jair Bolsonaro, presidente de Brasil | Foto: EFE/ Marcelo Sayão
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, celebró este jueves la reducción del número de asesinatos registrada en el país este año, que atribuyó a la aplicación de unas políticas "inflexibles", y pidió que continúe la "mano dura" contra el crimen.
Bolsonaro encabezó un acto en el que fue anunciada una campaña de comunicación oficial que presentará testimonios de personas que han sido víctimas de una violencia que, en 2016, llegó a causar la muerte de casi 60.000 personas en el país.
Esa cifra ha caído desde entonces, pero registró una "expresiva" reducción desde el 1 de enero pasado, cuando Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército, asumió el poder y promovió unas políticas "inflexibles" de combate al crimen, según declaró en la ceremonia el ministro de Justicia, Sergio Moro.
De acuerdo con datos oficiales, en los primeros siete meses de este año se reportaron en Brasil 24.379 asesinatos, lo que representa una caída del 22,6 % con relación al mismo período de 2018, cuando la cifra de muertes violentas llegó a 31.488.
"Eso representa que 7.109 personas no perdieron la vida este año, que no murieron asesinadas", destacó el ministro Moro, cuyo despacho ha presentado al Congreso un paquete de medidas contra el crimen y la corrupción que endurece las penas para ese tipo de delitos, que según el Gobierno están "íntimamente vinculados".
Bolsonaro subrayó que, en ese paquete, dividido en tres proyectos de ley distintos pero complementarios y presentado a inicios de este año, existen propuestas que apuntan a dar "protección jurídica" al policía que mate a un presunto delincuente en ejercicio de sus funciones.
El líder de la ultraderecha brasileña reiteró su opinión de que, "siempre que sea posible", se debe "prestigiar, conceder medallas y diplomas a los policías implicados en acciones que tengan éxito en beneficio de la sociedad" y acaben con la muerte de un delincuente.
Según Bolsonaro, la legislación actual lleva a inhibir el trabajo de los agentes de policía, que muchas veces acaban en prisión con el argumento de que han "cometido excesos", cuando en realidad "solo han cumplido con su misión", apuntó.
El mandatario consideró que "puede haber policías culpables" de esos "excesos", pero también aseguró que "hay mucho inocente preso".
En ese marco, agregó que "es muy doloroso ver a un policía, que también es jefe de una familia, preso por eso", y enfatizó que los cambios en la legislación propuestos por el Gobierno apuntan a que "la ley sea temida por los marginales y los delincuentes, y no por el ciudadano de bien".
