El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, admitió este jueves que puede sufrir algún tipo de reacción contraria el próximo martes, cuando acudirá a la Asamblea General de la ONU para defender la soberanía de Brasil sobre la Amazonía y exponer su visión sobre los incendios que la amenazan.
"Sabemos que podremos tener un problema allá. Es natural", aseguró el jefe de Estado en su tradicional pronunciamiento al vivo de los jueves en las redes sociales.
Fuentes del Gobierno han manifestado el temor de que el pronunciamiento de Bolsonaro pueda ser blanco de algún tipo de sabotaje en la Asamblea General de la ONU por parte de grupos ecologistas, o incluso de algunos líderes mundiales, que acusan al ultraderechista brasileño de incentivar la destrucción de la mayor selva tropical del mundo por su retórica antiambientalista.
El mandatario aseguró que, pese a que sabe que será blanco de críticas y ataques, acudirá el martes a la ONU para exponer su visión sobre la situación de la Amazonía y que espera regresar "con buenas noticias de Nueva York".
"Iré la próxima semana a la ONU. Haré un pronunciamiento y sé que me lo van a cobrar porque me atacan de forma virulenta y me acusan de ser responsable por los incendios", afirmó.
"Estoy preparando un discurso bastante objetivo, diferente del de otros presidentes que me antecedieron. Seré atacado por los medios pero hablaré de cómo va Brasil en ese asunto", aseguró el presidente brasileño que, por la tradición de la ONU, será el primer jefe de Estado en pronunciarse en la Asamblea General del organismo.
Agregó que, además de explicar que los incendios forestales son habituales en esta época del año y que los de 2019 están por debajo del promedio de los últimos 15 años, defenderá la soberanía de Brasil sobre la Amazonía.
"Verán a un presidente que hablará con el corazón, con patriotismo, y que abordará la soberanía nacional, que fue la que siempre estuvo amenazada", afirmó Bolsonaro al referirse al supuesto interés de algunos países ricos de declarar la Amazonía como asunto de interés internacional para poder quedarse con sus riquezas.
Bolsonaro volvió a criticar al presidente francés, Emnanuel Macron, por haber intentado proponer ese asunto en la cumbre que los gobernantes de los países miembros del G8 tuvieron el mes pasado.
"Ninguna medida podía haber sido propuesta en esa reunión sin antes escuchar a Brasil", advirtió.
La Amazonía brasileña registró en el acumulado entre enero y agosto 46.825 focos de incendio, un 11 % más respecto al mismo período del año anterior, debido a la sequía, las altas temperaturas y en gran parte por la deforestación causada por el hombre.
Las imágenes de los incendios calcinando enormes extensiones de selva dieron la vuelta al mundo y generaron una ola de indignación en la comunidad internacional y las ONG, que señalaron a Bolsonaro, por su retórica antiambientalista.
El líder ultraderechista defiende la explotación de los recursos naturales del mayor bosque tropical del mundo y ha condenado en repetidas ocasiones el ecologismo "chiíta" de las ONG, a las que culpó en un principio de los fuegos en la Amazonía.
Bolsonaro alega que los incendios, habituales por la sequía de esta época del año, también son causados por indios y colonos que utilizan el fuego para limpiar sus tierras de cultivo.
"Sabemos por los datos oficiales que todos los años hay incendios en la Amazonía por una cuestión de tradición. El colono provoca quemadas (de sus tierras). El indio también", dijo.
"Hay algunos que lo hacen de forma criminal, pero cómo podemos combatir eso sin medios y en una región que tiene un área mayor que Europa occidental. Es complicado, no es fácil, pero hacemos lo posible", dijo.
De acuerdo con el gobernante, las críticas de los países europeos obedecen a que ellos esperaban que quien asumiera la presidencia brasileña en 2019 creara "dos decenas de nuevas reservas indígenas y 30 para quilombolas (descendientes de esclavos prófugos) y que ampliara las reservas ambientales y los parques naturales".
Aseguro que las reservas indígenas ya equivalen al 13 % del territorio brasileño y que lo que quieren los europeos es que se sume otro 6 % de tierras para los indios en Brasil.
"Imaginen a Brasil con toda esa área convertida en reserva indígena. Todo sería inviable económicamente. La agricultura sería inviable. Los agricultores tendrían que entregar sus tierras y buscar otra forma de ganarse la vida. Y eso es lo que quieren: sofocar la agricultora brasileña", dijo.
De acuerdo con Bolsonaro, Brasil es uno de los mayores productores de alimentos pese a que tan sólo usa el 7 % de su territorio para la agricultura, mientras que algunos países europeos ya usan el 70 %.
"Los ataques que sufrimos son porque Brasil es una potencia. Ellos quieren desgastar la imagen de Brasil porque quieren generar un caos y que dejemos de producir. Eso sólo beneficia a quienes compiten con nuestra agricultura", dijo.