El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, afirmó este sábado que Washington está preparado para responder a una posible "agresión" de Moscú en Ucrania y advirtió al presidente ruso, Vladimir Putin, de que una invasión sería respondida con sanciones económicas y un refuerzo de la capacidad defensiva de Ucrania.
"Sigo esperando que no elija el camino de la agresión renovada y que opte por el camino de la diplomacia y el diálogo. Pero si no lo hace, estamos preparados", dijo Blinken en referencia a Putin durante una rueda de prensa en Fiyi, donde llegó hoy para una visita oficial.
Blinken, que hoy mantendrá una reunión virtual con su homólogo ruso, Serguei Lavrov, advirtió a Putin de que si decide emprender acciones militares, EE.UU impondrá rápidamente "sanciones económicas severas en coordinación con aliados y socios en todo el planeta".
"Reforzaremos la capacidad de Ucrania para defenderse y reforzaremos a nuestros aliados del flanco oriental en la OTAN", recalcó el secretario de Estado, quien también insistió en que el creciente despliegue militar de Rusia junto a la frontera con Ucrania indica que "la invasión puede producirse en cualquier momento".
El jefe de la diplomacia estadounidense eludió aclarar si la Embajada estadounidense en Kiev sería evacuada ante el riesgo de que estalle un conflicto bélico.
La Casa Blanca denunció el viernes que Rusia ha desplegado ya 5.000 soldados rusos en la frontera entre Ucrania y Bielorrusia, y que planea incrementar esa cifra hasta los 30.000 hombres, lo que hace temer un ataque ruso contra Ucrania desde la frontera sur bielorrusa.
Blinken hizo estas declaraciones tras reunirse con el primer ministro de Fiyi, Josaia Voreqe “Frank” Bainimarama, dentro de una gira por el Pacífico que el viernes incluyó una reunión de la alianza de defensa Diálogo de Seguridad Cuadrilateral (Quad) junto a sus homólogos de Japón, India y Australia.
La tensión en Ucrania se ha disparado en el último mes por la denuncia de Occidente de que Rusia ha movilizado más de 100.000 soldados en la frontera con Ucrania, que ha llevado a los Gobiernos ruso y estadounidense a enzarzarse en una batalla propagandística.