El presidente estadounidense, Joe Biden, ordenó este viernes a su equipo llevar a cabo un "análisis exhaustivo de las amenazas" que presenta el extremismo violento a nivel interno en Estados Unidos, tras el asalto al Capitolio por parte de seguidores radicales del exmandatario Donald Trump.
"El asalto al Capitolio del 6 de enero y las trágicas muertes y destrucción que ocasionó han demostrado lo que ya sabíamos: el ascenso del extremismo violento a nivel nacional es una amenaza de seguridad nacional grave y creciente", dijo la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki.
"Enfrentaremos esta amenaza con los recursos y la determinación necesarios", añadió Psaki durante su rueda de prensa diaria.
Para ello, Biden ha pedido a la directora de inteligencia nacional de Estados Unidos, Avril Haines, que inicie "un análisis exhaustivo de las amenazas" que presentan ese tipo de extremistas, muchos de ellos de ultraderecha, con la ayuda del Buró Federal de Investigaciones (FBI, en inglés) y el Departamento de Seguridad Nacional.
"Queremos un análisis basado en los hechos para poder diseñar políticas" que respondan al problema, indicó Psaki.
Biden también quiere revisar las herramientas del Gobierno para combatir el extremismo interno y ha encargado un estudio al respecto al Consejo de Seguridad Nacional (NSC, en inglés), un órgano vinculado a la Casa Blanca y encargado de coordinar la política internacional y de seguridad de Estados Unidos.
Psaki no aclaró cuándo se espera que concluyan esos análisis y el Gobierno de Biden anuncie medidas concretas.
Los seguidores de Trump que asaltaron hace dos semanas el Capitolio incluyeron una mezcla de distintos grupos radicalizados, entre ellos el movimiento de ultraderecha Proud Boys y dos milicias de la misma tendencia, Oath Keepers y Three Percenters.
Esos tres grupos se han coordinado cada vez más con grupos neonazis o supremacistas blancos en la recta final de la Presidencia de Trump, según expertos en el tema consultados por Politico, y el FBI está cada vez más preocupado por ellos.
El asalto al Capitolio, que dejó 5 muertos, ha derivado ya en más de 70 arrestos, más de 300 investigaciones y unas 140.000 pistas del público sobre los responsables del ataque y cómo se coordinaron para organizarlo, y ha llevado a la suspensión de miles de usuarios en redes sociales como Twitter.
Biden ha descrito como "terroristas nacionales" a los responsables del asalto, y ha pedido investigar a fondo el incidente, que se produjo mientras el Congreso estaba reunido para certificar su victoria en las elecciones de noviembre, y que ha desatado un juicio político contra Trump por haber incitado a la turba a actuar.