El Gobierno de EE.UU. anunció que está estudiando volver a autorizar el envío de remesas a Cuba y también el traslado de más personal diplomático a la isla, dos medidas con las que el presidente Joe Biden revertiría decisiones de su antecesor, Donald Trump (2017-2021).
Se trata de medidas que Biden ha decidido explorar a raíz de las protestas que ocurrieron en Cuba el pasado 11 de julio, las mayores en varias décadas, según detalló a Efe un funcionario estadounidense.
En el paquete de medidas, destaca la formación de un "grupo de trabajo sobre remesas" que tendrá como objetivo "identificar la manera más efectiva" de que el dinero "llegue directamente a las manos del pueblo cubano".
Trump prohibió en noviembre del año pasado el envío de remesas a Cuba, una medida con la que EE.UU. aumentó rápidamente el ahogo económico a la isla y que Biden ha mantenido durante sus primeros seis meses en el poder.
Otra de las medidas que el Gobierno de Biden anunció este lunes que están bajo estudio es el traslado de más personal a la Embajada estadounidense en La Habana con el objetivo de "facilitar la participación diplomática, consular y de la sociedad civil" y también por motivos de "seguridad".
Este sería otro revés a las decisiones de Trump, que vació la embajada de personal después de acusar sin pruebas al Gobierno cubano de ser el responsable de los misteriosos ataques contra algunos funcionarios ocurridos entre 2016 y 2017.
Además de las remesas y el personal diplomático, Biden también ordenó a su Gobierno trabajar con el sector privado y el Congreso para hacer "más accesible" el internet en Cuba, algo que el mandatario ya anticipó la semana pasada.
Asimismo, el presidente anunció que su Gobierno seguirá con su política de imponer sanciones económicas contra funcionarios cubanos.
Finalmente, la Casa Blanca anunció que "intensificará" los esfuerzos diplomáticos con sus aliados regionales e internacionales para apoyar las supuestas "aspiraciones del pueblo cubano" y que potenciará el envío de "ayuda humanitaria" a la isla.
En sus primeros seis meses en el poder, Biden no ha demostrado ninguna prisa por cumplir su promesa electoral de reiniciar el deshielo con Cuba, y ha dado, de hecho, señales de que su política hacia la isla será más dura de lo esperado.