Las primarias demócratas en EE.UU. llegan este martes a su primer momento decisivo con el supermartes, una jornada electoral que repartirá un tercio de los apoyos para lograr la candidatura, en la que el izquierdista Bernie Sanders buscará consolidar su liderato mientras que el centrista Joe Biden tratará de apuntalarse como única alternativa.
MODERADOS CONTRA CENTRISTAS
La frenética jornada previa de actos a lo largo de los 14 estados que celebrarán primarias este martes se ha visto agitada por la noticia de los abandonos inesperados de dos de los contendientes moderados: la senadora Amy Klobuchar y el joven exalcalde de South Bend (Indiana) Pete Buttigieg.
Ambos tienen previsto, según han adelantado medios locales, anunciar su respaldo a Biden en un acto en Dallas (Texas) esta tarde, con lo que el exvicepresidente apuesta por aglutinar al ala centrista del partido.
En las últimas horas ha recibido una lluvia de apoyos de importantes figuras demócratas, como el ex líder del Senado Harry Reid.
"Los demócratas necesitan un candidato que pueda agrupar la mayor y más diversa coalición posible para derrotar a Donald Trump y guiar a nuestro país tras el trauma de la Presidencia de Trump. Ese candidato es Joe Biden", afirmó Reid.
Frente al sector centrista encabezado por Biden se encuentra el senador Bernie Sanders, favorito actual en las encuestas y que representa al ala más izquierdista del partido.
En sus mítines, Sanders siempre ha remarcado que su "revolución" no solo encara la oposición de los republicanos sino también la del aparato de los demócratas, a los que acusa de estar "nerviosos" por sus ambiciosas propuestas de sanidad y educación universales y gratuitas.
LOS MILLONES DE BLOOMBERG
La gran incógnita ahora es el multimillonario exalcalde de Nueva York Mike Bloomberg, tras haber inundado de dinero la campaña previa al supermartes.
Bloomberg puede hacer daño a Biden dado que también transmite un mensaje de pragmatismo y enorme capacidad de financiación en contraposición con los "ideales poco realistas" de Sanders.
De hecho, se ha ofrecido a gastar hasta 1.000 millones de dólares de su fortuna para ganar en noviembre al actual presidente, el republicano Donald Trump, incluso si finalmente no es él el candidato demócrata.
Bloomberg, en un acto en Virginia esta mañana, destacó el buen comportamiento de Klobuchar y Buttigieg, pero remarcó que su objetivo es ganar la nominación.
"Estoy aquí para lograr la victoria. Vamos a salir y vamos a derrotarle", aseguró en referencia a Trump.
TEXAS Y CALIFORNIA, LAS JOYAS DE LA CORONA
El llamado supermartes siempre ha sido una fecha crucial para consolidar o derrumbar campañas y para aportar claridad al rumbo de las primarias, pero este año ha cobrado todavía más peso por incluir entre los estados que votan a California (415 delegados), el territorio más poblado del país y de fuerte mayoría demócrata.
Junto a California votarán otros estados importantes por su población y peso en las elecciones generales de noviembre como Texas (228 delegados), Colorado, Carolina del Norte y Virginia; además de Alabama, Arkansas, Maine, Massachusetts, Minesota, Oklahoma, Tennessee, Utah, Vermont y el territorio de la Samoa Estadounidense.
Sanders parte como favorito en las encuestas en al menos ocho de esos estados, incluidos los grandes premios de California y Texas, además de en otros importantes del oeste como Colorado y Utah.
Actualmente, y tras cuatro elecciones en Iowa, Nuevo Hampshire, Nevada y Carolina del Sur, Sanders cuenta con 60 delegados, seguido por Biden con 53 y Buttigieg con 26.
PRONÓSTICOS DE FUTURO
Dado que los aspirantes presidenciales deben obtener un mínimo del 15 % de los apoyos en cada estado para llevarse algún delegado (es decir, representantes de los votantes que les apoyarán en la convención demócrata), es posible que después del supermartes alguno más de los cinco aspirantes todavía en liza ponga fin a su campaña.
Precisamente, las pocas perspectivas de arañar delegados que tenía el exalcalde Buttigieg contribuyeron a su decisión de poner fin a su campaña este domingo.
Hay, básicamente, dos escenarios posibles después del supermartes: o bien un ascenso imparable de Sanders hacia la candidatura demócrata si logra un triunfo decisivo y consigue mantener el impulso en las semanas siguientes, o bien un resultado más repartido.
Esa segunda opción podría aumentar las opciones de que ninguno de los aspirantes logre la cifra mágica de 1.991 delegados -del total de 3.979 en juego- que se necesitan para asegurarse la candidatura demócrata, y que se llegue a una "convención rota" en la que el candidato dependa de las luchas internas del partido.