El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, reconoció este jueves que la subida de los precios –el 7,5 % interanual en enero– es "elevada", pero justificó su optimismo en los pronósticos de que la inflación se moderará "de forma sustancial" a finales de este año.
La tasa de inflación en Estados Unidos se disparó en enero hasta el 7,5 %, cinco décimas por encima de la de diciembre y la mayor subida interanual desde febrero de 1982, informó este jueves la Oficina de Estadísticas Laborales.
La subida de precios se situó incluso por encima de las predicciones de la mayoría de analista, ya de por sí elevadas, que preveían un aumento del 7,3 %.
"Lo de hoy es un recordatorio de que la presión sobre el presupuesto de los hogares estadounidenses está creando dificultades reales para poner comida en la mesa, pero también hay señales de que lograremos superar este reto", indicó Biden en un comunicado.
El mandatario destacó que en el arranque del año también se vieron subidas en los salarios de los trabajadores estadounidenses y una "moderación" en los precios de los automóviles.
Biden aprovechó, además para sacar pecho por los datos de empleo, con una tasa de paro que se encuentra en el 4 %, y la creación de 467.000 puestos de trabajo en enero.
Por su parte, el líder de los republicanos en el Senado, Mitch McConnell, culpó a los demócratas de la inflación y la atribuyó al plan de estímulo que el Congreso aprobó el pasado año por iniciativa de Biden y que supuso una inyección a la economía de 1,9 billones de dólares para paliar los efectos de la pandemia.
Ese plan, afirmó el republicano, ayudó a los estadounidenses con el envío de cheques a sus casas, pero a cambio se han disparado los precios y ahora las "familias trabajadoras" no pueden hacer frente a gastos básicos.
"Esto es el resultado directo de las políticas liberales", arremetió McConnell.
Los economistas están divididos sobre la causa de la subida de precios: algunos lo atribuyen al plan de estímulo de Biden, y otros argumentan que es resultado de la pandemia y los atascos en la cadena de suministro que impiden que algunos materiales lleguen hasta Estados Unidos.
Si se excluyen los precios de alimentos y combustibles, que son los más volátiles, la inflación subyacente en enero fue del 0,6 %, con una tasa interanual del 6 %.
Los precios de la energía (que incluyen gasolina, crudo, electricidad y gas natural) subieron en enero un 0,9 %, el mismo porcentaje en que aumentaron los precios de los alimentos, según el informe del Gobierno.
Dentro del segmento de los alimentos, el precio de las compras en supermercados subió un 1 %, y el de la comida en restaurantes, un 0,7 %.
En la industria automovilística, los precios de los vehículos de nueva fabricación se mantuvieron constantes con respecto a diciembre, pero los precios de los de segunda mano subieron un 1,5 %.