El grupo químico y farmacéutico alemán Bayer prevé más demandas por el efecto cancerígeno del herbicida glifosato de Monsanto, compañía que adquirió a comienzos de junio y que ya ha sido condenada a pagar una indemnización de 289 millones de dólares (249 millones de euros) en San Francisco (EE.UU.).
Bayer informó ayer miércoles en el balance del primer semestre de que hasta el 27 de agosto se han remitido a Monsanto demandas de 8.700 demandantes en Estados Unidos que consideran que el glifosato es cancerígeno.
"Hay que prever más demandas. La mayoría de los demandantes han presentado sus demandas en juzgados estatales en Misuri, Delaware y California y el resto en diversos tribunales confederales", dijo Bayer en el balance semestral.
Bayer asegura que dispone de 800 estudios científicos que demuestran que el glifosato no es cancerígeno, que va a estudiar la decisión judicial del tribunal de San Francisco y que presentará una apelación en caso necesario.
El Tribunal de jurados de San Francisco consideró en agosto que Monsanto no advirtió correctamente del riesgo para la salud del uso del herbicida Roundup de Monsanto, que tiene glifosato, y obligó a pagar una indemnización de 289 millones de dólares a DeWayne Johnson, un padre de familia de 46 años y antiguo encargado de campo, que considera que el glifosato que empleaba con frecuencia le ha causado el cáncer linfático terminal que padece.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) consideró que el glifosato, que no afecta a los cultivos genéticamente modificados, es "probablemente cancerígeno".
Pero la Unión Europea logró en noviembre de 2017 un acuerdo para renovar por cinco años la licencia del glifosato, con el respaldo de 18 países, entre ellos Alemania.
El beneficio neto de Bayer bajó en el primer semestre un 16,8 %, hasta 2.753 millones de euros, por gastos extraordinarios tras la adquisición de Monsanto y la desinversión del productor de plásticos Covestro.
Ha revisado al alza sus pronósticos de facturación para todo 2018 tras adquirir Monsanto y prevé una facturación de 39.000 millones de euros (35.000 millones de euros pronosticados anteriormente), de ellos 5.000 millones de euros correspondientes a Monsanto.
La venta de algunos negocios a BASF, que fue la condición que las autoridades reguladoras establecieron para aprobar la operación, reducirá el volumen de negocios de Bayer en 1.000 millones de euros.
La división de farmacia redujo entre enero y junio el beneficio operativo un 4,5 % (2.216 millones de euros) por la fortaleza del euro, costes de producción más elevados y mayores gastos en I+D, mercadotecnia y ventas, así como cuellos de botella en la entrega de algunos productos.
La división de medicamentos sin receta, suplementos alimenticios y productos para el cuidado corporal bajó el resultado operativo un 22,2 % (368 millones de euros) tras la caída de las ventas y el aumento de los costes de producción.
El área de productos para la agricultura empeoró un 3,8 % (1.046 millones de euros) en el primer semestre, pero en el segundo trimestre subió un 31,6 % (154 millones de euros) por la adquisición de Monsanto.
La división de productos veterinarios incrementó el beneficio operativo hasta junio un 5,2 % (245 millones de euros).