Marte podrá ser avistado por el ojo humano con la mayor claridad en los últimos 15 años a partir de esta medianoche, gracias a que las órbitas de ambos planetas han hecho que se encuentren en el punto más cercano en este período, explicó ayer viernes a Efe el científico de la NASA Gerónimo Villanueva.
"Marte se acerca a la Tierra cada dos años, pero, en este momento, por su órbita se acercará mucho más que otras veces y lo podremos ver muy brillante y más grande que habitualmente", relató Villanueva, astrónomo de origen argentino que trabaja en el Centro Espacial Goddard de la NASA.
De acuerdo a los cálculos de los expertos, Marte estará a unos 57,6 millones de kilómetros el próximo martes 31 de julio, comparado con los 100 millones de kilómetros que está en otras fechas del calendario.
Sin embargo, la gente ya se puede ver desde cualquier punto del mundo este evento "particular".
"Para ello, deberán alzar su mirada hacia la Luna y, a su derecha, podrán encontrar un punto rojo anaranjado más brillante de lo normal -Marte- y, a su lado, otro planeta: Saturno", detalló el científico planetario.
Este fenómeno astronómico, que se dará otra vez en 2033, ocurre por unas circunstancias "relativamente simples", según Villanueva.
La Tierra da una vuelta al sol cada año (terrestre) y Marte cada dos, por lo que ambos planetas se alinean y están más próximos que habitualmente.
Sin embargo, la órbita de Marte es "muy excéntrica", es decir, hay momentos en los que está más lejos del Sol y otros más cerca, en comparación a la variación de la Tierra.
Así, la órbita del planeta rojo, una de las más irregulares del Sistema Solar, y la de la Tierra se alinean respecto al Sol de una manera sincronizada cada quince años.
Desde la NASA, esta ocasión significa una gran oportunidad para los investigadores del telescopio espacial Hubble, que se encuentra operando "a su máximo rendimiento" desde su lanzamiento en 1990.
"Hubble nos permite observar el Sistema Solar y fuera de él durante mucho tiempo; es una plataforma de información muy completa que nos ayuda a entender, por ejemplo, cómo cambian los climas en los diferentes planetas", sentenció Villanueva.
En el caso de Marte, Hubble captó una imagen la semana pasada donde se ve que el planeta rojo está cubierto por una enorme nube de polvo, que ha propiciado una "tormenta global" en ese mundo.
Ese conocimiento es "muy importante" para la agencia espacial estadounidense, que cuenta con una serie de robots en la superficie marciana para analizar ese planeta.
La NASA, de hecho, perdió recientemente contacto con el robot explorador "Opportunity", que usa paneles solares como fuente de energía.
Por culpa de esa tormenta de polvo documentada por Hubble, "Opportunity" no está recibiendo la luz solar necesaria para trabajar y ha entrado en un estado de hibernación hasta que se limpien sus paneles y la atmósfera marciana se aclare.
Uno de los mayores objetivos de todas estas investigaciones, sin duda, es la llegada del hombre a Marte, el planeta que estas semanas podrá ser observado con claridad por millones de personas desde la Tierra.
Esta misión a Marte de "logística extremadamente compleja" duraría 3 años, ya que, con la tecnología actual, se tarda 6 meses en llegar ahí.
Una vez el astronauta llegase a Marte, los dos planetas no estarían alineados, así que se debería esperar dos años a que se abriera otra vez esa ventana de oportunidad.
Además de los 6 meses de regreso, el científico de la NASA recordó que se tendría que construir una base de lanzamiento en Marte, una especie de Cabo Cañaveral en superficie marciana.
"Estamos trabajando para que en un plazo de entre 10 y 20 años podamos enviar el primer hombre o mujer a Marte", dijo Villanueva, que auguró que esa persona "no ha llegado aún a la universidad".
Ese adolescente anónimo, sin saberlo, estará mirando esta medianoche a Marte, el planeta que tratará de conquistar en las próximas décadas.