Para los autores del libro Criminalización de la Política del Lawfare al Fare Law, Marcos Aldazabal y Martín Haissiner, la experiencia argentina les ha dado la razón tras años de un fenómeno que ha parido “consecuencias perversas” de las cuales advierten en la publicación del escrito.
Al participar en Cada Vez Más Cerca, que conduce Kalil Michel, Aldazabal puntualizó que el texto surge de que lo observaron en Argentina en alrededor de 2019, donde se dio un fenómeno que pasó de perseguir a políticos corruptos en derivó en la demonización de la política en general.
“Esto nos generó cierta alerta, nos pareció que esto podría generar consecuencias perversas”, reflexionó.
Ante tal tendencia, advirtieron que podía llegar incluso a paralizarse el Estado porque nadie querría ejercer la función pública. “Este proceso de demonización, sumado a esta parálisis a la que podía llegar con esta demonización, podía dar lugar a la emergencia de outsiders”.
A juicio del abogado, el tiempo le ha ido dando la razón, ya que se produjo esta parálisis parcial y ahora el país se apresta a ser gobernado por una persona “totalmente antisistema y que está fuera de sus cabales”.
Desde su óptica, si se presume que alguien ha cometido un delito, no quiere decir que se pueda usar la prisión preventiva de forma discriminada ni delaciones premiadas de forma extorsiva.
Estas persecuciones que trascienden las normas jurídicas habilitan narrativas una credibilidad institucional vapuleada, donde se vuelve muy difícil ver quién es o no es corrupto.
“Lo que nosotros planteamos es que hay que tratar de tener una práctica institucional que permita abandonar esas narrativas”, comentó.
Por su parte, Haissiner señaló que en el caso argentino, los índices de credibilidad del Poder Judicial han caído a su punto más bajo en la historia, luego de que se anularan varias casos.
“Creemos que a la corrupción hay que enfrentarla del mismo modo que se enfrentan otros delitos… la prisión preventiva debería ser con fines procesales”, expuso.
El letrado indicó que la mayor parte de los abogados en Argentina saben que lo está pasando no es producto de un error, sino que son efectos que se buscan en una forma incorrecta de hacerlo.
“Esto es un abandono de las prácticas que los abogados conocíamos como correctas”, abundó.
A decir de Haissiner, es casi infantil creer que cada vez que hay un delito, debe haber una pena. En ese sentido, es de pensamiento que el Poder Judicial tiene el deber de ser exitoso en su tarea, o sea que no puede iniciar causas que no podrá llevar adelante.
“No tiene sentido emprender aquella que va a perder”, resaltó.
Dijo que las estadísticas crecieron las acusaciones cada año, donde menos del uno por ciento obtiene una sentencia firme, sólo el 10 % llegan a juicio.