Foto: Embajada de EEUU
Hace ya más de 33 años que existe la visa EB-2 por interés nacional en la legislación migratoria de Estados Unidos. Es la segunda preferencia de los visados basados en el empleo, con cuya aprobación las personas pueden recibir la residencia americana permanente junto a sus familiares directos. Todo esto es posible sin necesidad de que familiares pidan por ellas o que medie una oferta laboral de parte de un empleador estadounidense para lograr el anhelado sueño de vivir y trabajar legal y permanentemente en este país.
A diario, recibo muchas preguntas de personas inquietas por saber si pueden aplicar a esta posibilidad migratoria. Casi siempre preguntan algo como: Tengo una licenciatura en educación y siete años de experiencia, ¿puedo aplicar? Estudié ingeniería industrial y he trabajado por más de diez años en el área, ¿tengo oportunidad con esta visa? Soy enfermera con una maestría en cuidados intensivos, ¿usted cree que podría aplicar? En este artículo espero poder brindar una perspectiva ampliada y clara a todos los interesados en transitar su camino a la residencia permanente en los Estados Unidos en base a sus propios méritos y sin patrocinadores.
La respuesta, en principio, es que cualquiera que tenga el equivalente a cuatro años de estudios universitarios (licenciatura, ingeniería, arquitectura, medicina, enfermería, etc.) con al menos cinco años de experiencia progresiva, puede aplicar a la visa EB-2 por interés nacional para luego solicitar, en base a esa aprobación, la residencia americana permanente. A las personas que tienen estudios de maestría o doctorados, se les facilitan más las cosas. También las personas con habilidades excepcionales en las artes, las ciencias o los negocios, podrían aplicar. Pero solo esto no le califica para ser merecedor del beneficio. ¿Qué más se requiere?
Lo más importante de todo el asunto es que el potencial solicitante realice un análisis concienzudo y atento de su bagaje o experiencia profesional para descubrir en qué se ha destacado, qué ha hecho que haya sido de valor y que le destaque de los demás en su área de manera particular. Ese proceso debería llevarle a crear un enunciado o declaración de esfuerzo, proyecto o emprendimiento que presentará como sustento de su caso para ser considerado. Algo como “Programa de reducción de adicciones dirigido a jóvenes de 11 a 25 años que viven en comunidades menos favorecidas dentro de Estados Unidos”, podría resultar como idea principal o título del esfuerzo a desarrollar. Un psicólogo con experiencia en esta área, podría crear algo de valor en esa dirección, por ejemplo.
Pero ahí no termina todo. El aplicante deberá describir con cierto nivel de detalle el modelo de ese proyecto, cómo se hará y qué impacto tendrá en la economía, la salud, la educación, innovación, generación de empleos, seguridad nacional o competitividad de la nación, todos estos temas de interés o importancia nacional para los Estados Unidos. En términos llanos, quien aplique a la EB-2 por interés deberá vender su idea conectada a un tema prioritario en la agenda estadounidense. Para ello, el aplicante tendrá que realizar su tarea para descubrir aquellos temas que reúnen el criterio de importancia nacional. La mayoría de ellos pueden encontrarse en la página de la Casa Blanca.
Tras conectar su trayectoria como profesional con un tema de interés nacional, la persona entonces deberá “venderse” como el candidato ideal y alguien con las cualidades, preparación y experiencia de rigor para poder realizar el proyecto propuesto. Tendrá la tarea de convencer a la autoridad migratoria que evalúe su caso de que se encuentra bien posicionado para concretar el esfuerzo propuesto. Es de mucho valor para un aplicante contar con una huella digital en la web pulcra y abundante, de modo que si se consulta el buscador de Google, pueda encontrarse buena y relevante información acerca del candidato y lo que ha hecho en su campo profesional. Esto es muy poderoso.
Finalmente, la persona deberá armar todo su caso con las más contundentes e irrefutables evidencias de sus estudios, entrenamiento continuo, membresías en asociaciones profesionales, evidencias de pago por su labor, certificaciones laborales y cualquier otra prueba que sea comparable con el caso presentado. Tendrá que completar los formularios correspondientes y remitir al Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos, donde se conocerá su caso. Tendrá que incluir cartas de recomendaciones o de intención de participación en su proyecto. Todo tiene que ser en inglés, incluyendo igual los documentos en el idioma original.
Armar un caso de EB-2 tiene sus complejidades y hay muchos buenos profesionales en todos los países de nuestra región que pueden aplicar. Para ayudar a las personas a realizar el proceso de aplicación por ellos mismos, estaré en República Dominicana llevando una serie de conferencias gratuitas del 14 al 18 de octubre en espacios académicos del país y un curso de día completo el 19 de octubre en las instalaciones de la Universidad Federico Henríquez y Carvajal (UFHEC) en la Máximo Gómez con César Nicolás Penson, antiguo Consulado Americano. Todos los que participen del curso podrán hacer con un alto grado de dominio, todo lo que requiere la aplicación para obtener la residencia americana sin patrocinadores. Para más información, escribir al +1 (561) 889-0883.
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